Olvidemos un poquito la inflación, el conflicto con el campo, la posible salida de Alberto Fernández y todo lo que tenga olor a Krisis. Disfrutemos a los inolvidables Jackson Five en épocas mejores en las que Michael no era pederasta ni blanco, sino un negrito lindo, inocente, y un artista de la putísima madre. No se van a arrepentir, suban el volumen.
domingo, 27 de abril de 2008
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