Allá por el 10 de septiembre de 2007 el ahora ex ministro de economía hacía estas declaraciones. Es decir que hablaba loas de la administración K, juraba que nunca habíamos crecido así en 105 años. Lo central para él por esos tiempos fue hacer lobby para ser tomado en cuenta por los más altos funcionarios, así fue que llegó el ofrecimiento de Alberto Fernández para acompañar a Cristina como Jefe de Hacienda, cosa que sintió como un verdadero triunfo personal. El tipo jamás formó parte, ni tubo trato con ese núcleo que rodea a Néstor y a la Presidenta (Parrilli, Zanini y quien desde hace tiempo le soltó la mano, Alberto Fernández). La idea, desde el comienzo fue que el chico acatara las órdenes del ex presidente, pero sucede que el pibe no olvidó las enseñanzas ultra liberales de su profe, Javier gonzález Fraga, y de vez en cuando intentó aplicar pequeñas medidas de cotillón, pero ni eso. Al mandamás no se lo contradice ni en lo más mínimo.
Ahora llega Carlitos Fernández, que según parece, quiere un poco de fama, porque el resto a quienes se les ofreció el cargo huyó despavorido, incluyendo al mismísimo Roberto Lavagna.
Claro, quién agarra este hierro candente precisamente ahora. Sólo un arribista, con ambición que quiere quedar bien con sus jefes para seguir escalando, otra no cabe.
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