Fernándo Lugo junto a Hebe de Bonafini
A mediados del '90 por cuestiones laborales me tocó conocer la bella República del Paraguay. En aquél entonces el líder militar y golpista Lino Oviedo se encontraba aún detenido y yo no podía creer como semejante personaje siniestro era aclamado por jóvenes, adultos y ancianos que cariñosamente lo llamaban Lino O. Pude hablar con algunos muchachos guaraníes que presto a un exacervado nacionalismo agitaban las banderas del hegemónico Partido Colorado, en el cual giraba la política paraguaya desde los años '40. Una especie de partido Justicialista, pero sin interrupciones en el control del poder.
Hoy se produce un fenómeno increíble que recuerda lo que le ocurrió al PRI en México. Fernándo Lugo Méndez, un ex obispo llega al poder a través de una Alianza Patriótica para el Cambio. Cosa que recuerda a los argentinos el triste intento aliancista en la Argentina. El 15 de agosto Lugo recibirá de manos del actual Presidente Nicanor Duarte Frutos, la banda presidencial y comenzará un proceso político más que interesante. Como dato, el compañero de fórmula es el liberal de 45 años Federico Franco, titular del principal partido opositor (una suerte de radicalismo en mejores épocas) el Liberal Radical Auténtico.
Apenas asumió en la Argentina el débil gobierno de De la Rúa, muchos peronistas vaticinaban la caída del mismo en dos años. Más allá de la ineptitud de esa administración, allí comenzó a tejerse una red de conspiraciones que sin duda provinieron del partido hegemónico de nuestro país, el peronismo. Esperemos que la historia no se repita en el país vecino.
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