Después de ver este documental (se los recomiendo) sobre la vida del dirigente fundador, junto a Víctor de Gennaro, de la CTA entiendo porque Kirchner y Moyano se oponen a darle la personería jurídica a la Central de Trabajadores Argentinos. El Turco, como le decían cariñosamente, era parte integrante del Grupo de los Ocho y como diputado además pertenecía a la comisión que criticaba con dureza las privatizaciones de Menem allá por los '90, no ahora. Lamentablemente un cáncer se lo llevó en el '93 y nos dejó a este séquito de delincuentes.
Palabras más, palabras menos en una parte del documento se lo ve y escucha a finales de los '80 en una mesa solito y con su campera negra diciendo cosas como esta:
"La política de los últimos años no sólo fue marcarnos, perseguirnos a los propios compañeros, intervenir las organizaciones sindicales, prohibir la política, saquear el país con la deuda externa, sino que también fue cambiar las conductas humanas, quebrarnos a nosotros en eso tan íntimo que es la voluntad de lo colectivo, en eso de decir si nos juntamos colectivamente y solidariamente obviamente vamos a ser más que una voluntad individual.
Se generó eso de hacer valer esto de, si puenteo, le meto un codazo al otro, hago mérito, hago trato, hago buena letra, no transgredo, me mimetizó dentro de las posibilidades del sistema a lo mejor tengo la suerte de ser uno de los ocho millones de argentinos que se salven. Esta ideología fue la que fue corporizando la política, las actividades sociales y también una herramienta, que es el Estado. Por eso hoy todos los formadores de opinión no critican a los malos políticos, no los denuncian sino que quedan en una nebulosa, porque esa es la mejor forma de denigrar, no a los políticos malos, sino a la política, que es la única herramienta que tenemos los pueblos para cambiar las sociedades en la que vivimos."
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