Siguiendo los pasos de la cultura de negocios menemistas nuestra presidenta está encaprichada en que la Argentina, país del tercer mundo y con un grado de pobreza que asusta tenga un tren bala. Parece de novela, pero es cierto. Como escuché decir al periodísta Jorge Chamorro por Radio América "esto no es más que un negociado que le conviene al gobierno argentino, al francés y al sindicalista José Pedraza, quién sale, como otros colegas suyos a relucir su opulencia por las calles del centro".
Comparar en este contexto esta historia con los viajes a la estratósfera de Patilla, como hicieron muchos en varios blog y notas periodísticas no es descabellado. Los números hablan por sí solos, y con esos 3.000 millones de dólares, que se pretende invertir en esa fantochada, se podría reinstalar la red ferroviaria del interior del país que quedó condenada a la frase del viejo monarca de Anillaco "ramal que para, ramal que cierra", así terminamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario