jueves, 23 de octubre de 2008

Artistas "populares" millonarios y contradictorios


Desde siempre consumí a los buenos artistas populares argentinos. Por un lado por su calidad y porque en más de una oportunidad me sentí (y me siento) representado por algunas de esas letras y la mística de la liberación latinoamericana con una clara actitud contestataria. Paradójicamente y hasta con un dejo de negación, intenté no ver ciertas actitudes "extrañas" de los popes de la música popular nacional. Recuerdo que pocos años después de la vuelta de la democracia mi familia que militaba en política, asistió eufórica a un recital del cantante Horacio "pueblo" Guaraní. Era en la cancha del Gallo de Morón y el evento estaba organizado por algunos partidos de izquierda. Resulta que la convocatoria del folclorista no había sido la mejor, entonces el tipo al ver las tribunas bastante despobladas informó a los organizadores que con tan poco público no iba a actuar. La gente empezó a inquietarse y cuando se anunció la mala nueva se armó una bataola terrible. Lo fueron a buscar a la salida del estadio y le dijeron que habían pagado la entrada, le echaron en cara que, "como un artista que había dedicado su carrera a la causa de los pueblos no iba a tocar para ellos!. El millonario cantor, al verse acorralado y muy nervioso gritó "se van a la concha de su madre..." y otra barbaridades más. Lo querían matar; le querían dar vuelta el auto y arrancar la barba. Tuvo que bajar y hacer unos temitas de prepo, que obviamente sonaron como el culo, la cara de orto y la voz entre cortada del tipo hicieron de ese mini concierto una gran cagada.
Tiempo después asisto con un amigo más grande que yo a un recital de Charly García en el Rex. Después de la fiesta musical y cuando salímos del teatro una mujer estaba con sus hijos en brazos pidiendo monedas. Mi compañero me miró acongojado y me dijo "ves, esta es la otra cara". Yo quedé impávido y me despedí de él amargado. Había llegado hasta allí caminando desde muy lejos y me iba con las chirolas justas. Mientras contaba los centavos en el semáforo de Cerrito y Corrientes veo un lujoso Mercedes Benz que esperaba la luz verde, al volante ella, la homónima del auto que conducía, la gran Mercedes Sosa. Pensé, que comunistas raros que tenemos en la Argentina. Meses después comentando la anécdota me entero de que la cantante vive sobre la calle Arroyo en la zona más bacana de Buenos Aires.
Un mediodía en una radio de baja potencia del conurbano escuché a Víctor Heredia justificandosé, frente a unos fachitos de cuarta, porque vivía en un country. Afirmaba que sólo era por una cuestión de seguridad.
Hace horas, así al pasar, vi en un lujoso y carísimo restaurante de Buenos Aires a León Gieco devorando unas terribles carnes asadas mientras los pibes a los que supuestamente les canta (escuchen El Imbécil, para mí un temazo) esperaban en la puerta que los comensales bien panzudos como él, les arrojaran algunas monedas del derrame k a la salida.
No digo que por lo que cantan los tipos tengan que vivir en la miseria, no sean boludos!!, pero al menos un poquito de coherencia ¡un poquito nomas!. de todos modos y a partir de eso y esto, tomé una decisión, separar la obra de los seres humanos. Seguiremos escuchando sus canciones y creyendo que aún son como cuando empezaron.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

sos un patetico

boris spivak dijo...

HACE AÑOS MI ABUELO, SOBREVIVIENTE DE LAS PURGAS ESTALINISTAS DE LA UNION SOVIETICA, DECIA QUE HAY QUIENES TIENEN EL SOCIALISMO EN EL LADO IZQUIERDO DEL CORAZÓN, PERO UNA BILLETERA DEL LADO DERECHO. HOY SON MUCHOS LOS QUE HACEN DEMAGOGIA EN LAS PALABRAS PERO COBRAN MUY BIEN EN LOS HECHOS.
BORIS SPIVAK