jueves, 16 de octubre de 2008

Me cago en las contradicciones...


"Me cago en..." es una sección que tiene el programa de Eduardo Aliverti en radio La Red. En uno de esos segmentos fue convocado el periodista Orlando Barone para que expresara sobre que cosa le gustaría mover el vientre. El diálogo entre el hombre de la voz engolada, a quien nadie le discute su locuacidad expresiva así como su ya desaparecido espíritu contestatario, y el escritor de alto vuelo tomó por momentos ribetes de catarsis, contradicción sintomática y dislate psicótico. Que los argentinos somos una mezcla exótica entre el más rancio capitalismo, marxismo de copetín al paso e intelectualidad progre latinoamericana está claro, pero esta charla nos superó. (escuchenló por favor no se lo pierdan)
Debemos confesar que escribir este posteo nos costó. El gran blog del amigo Mansilla nos dejó el audio de la nota picando y después de tanto pensar optámos por patear el tablero, que tanto!. Este espacio no fue creado para ser políticamente correcto, así que ahí vamos. Antes pedimos disculpas al colega porque sabemos de su admiración por las dos figuras a las que les vamos a dedicar estas líneas, respetamos esa admiración, pero haremos uso de nuestra libertad de expresión. A veces es bueno disentir, enriquece a las partes.
Quien escuche la grabación creerá seguramente que estos tipos están haciendo el programa desde Radio Rebelde, en la espesura de la Sierra Maestra, pero no mis amigos, la misma transcurre en la emisora del grupo Vila-Manzano-Narváez (el trío más mentado). Barone, muy suelto de cuerpo, afirmó que él se cagaba en la solemnidad, en los periodistas puros, en las caretas, en los patrones, en Mirtha Legrand, en el "campo" y en la clase media que cree que él comparte su ideología. ¿Justificaciones para pensar todo esto y trabajar para los Mitre? bueh!: Orlando asegura no escribir para su patrón sino para la gente y que La Nación va en contra de todos los principios de su vida, ¿muy loco no?. Estos conceptos nos hicieron imaginar a un Salvador Allende haciendo su último discurso, antes de ser acribillado por las huestes pinochetistas en el Palacio de La Moneda, a través de Radio 10 y justificandosé con un "es la más escuchada por la gente para la que trabajo".
Por su parte, Eduardo Aliverti, hoy cotizado locutor y poderoso empresario del medio, dice primero, desde un extraño "socialismo smithsoniano" (por Adam Smith), que Hopenheimer es un terrible hijo de puta ideológico y después se despacha, ante un atónito Barone, con esta frase: "Yo no me cago en Mirtha Legrand, yo voy a la mesa y meto mi bocadillo y es interesante" (¿?). Luego sigue: "Yo me cagaba en el Martín Fierro hasta que lo gané y a la semana siguiente estaban todos diciendo, el zurdo ganó el MF. Y eso me generó potencia de permanencia porque era un zurdo blanqueado, entonces yo creí que usaba al sistema y el sistema me usaba a mí también, pero yo lo usé para seguir andando" (N del R: ¿queeeé?).
La verdad que tanto intríngulis de rebeldía faranduleana mos sugirió otra escena dantesca. Imaginamos a un Ernesto Guevara con kilos de más, dueño de una escuela cara de revolucionarismo integral que entrega títulos reconocidos, y que además otorga cada año los premios "Che" a personalidades que luchan por la justicia social y popular, como Magdalena Ruíz Guiñazú. Sin evitar, por supuesto, meter bocadillos "contra el sistema capitalista" en programas como Impacto Chiche.
A esas alturas pensamos que Barone, al lado de esto último, había salido airoso, sin embargo remató con esta cagada: "preguntame si me cago en el New York Times. Si el NYT me viene a hacer un reportaje me disfrazo de Batman".
Sin palabras. Esta frase casi final dejó como epílogo indiscutible que la catarsis culposa de los periodistas ya estaba consumada.

No hay comentarios: