En la edición del diario El Día de La Plata del 18 pasado salió una noticia estremecedora. Un chico de 12 años que vendía flores fue asesinado por otro de 14, jefe de una bandita que se adueñó de una plaza en la zona. La noticia fue ignorada por los medios nacionales, claro! no es lo mismo un pibe pobre bonaerense, que un ingeniero bien habido de San Isidro. La prensa argentina se maneja con la misma lógica macabra del periodismo mundial: un estadounidense muerto equivale a 20 iraquíes (ojo! desde la invasión), ergo, árabes de cualquier clase, o también a unos 40 asiáticos, a 100 africanos y vaya a saber a cuántos sudacas. Ustedes saben, en racismo y discriminación el mundo es perversamente proporcional.
Siempre la delincuencia y la inseguridad le sirven a los estados capitalistas debilitados para generar el miedo y la confusión. Esto permite que como monopolio de la fuerza pública proceda a reprimir lo que en definitiva no es más que el resultado de la injusticia social del sistema. Esto no justifica a todos los chorros, aclaro!!!. Así, con el apoyo de la mayoría de la sociedad se pasa a seguir manteniendo el "status"de unos pocos sin atacar nunca las causas.
No va a faltar el que diga: "ahhh! pero este es un garantista y anarco socialista de mierda!!" lamento informarles que me importa un reverendo bledo.
La propuesta del motonauta, devenido en gobernador, esconde la trampa de la economía de mercado esclavista. Sería algo así como "Encanemos a los negros pobres y delincuentes desde chiquitos así no nos joden y seguimos viviendo tranquilos la minoría burguesa y rica de esta parte lejana de sudamerica". Para ello los del country necesitan asustar a los medio pelo argentos para seguir manteniendo sus privilegios, para eso usan todo el arsenal de sus canales, radios y diarios. Lamentablemente, cuando este mecanismo nefasto se pone en marcha, el lumpenaje semi burgués que saca a pasear el perrito para que cague al vecino todas las noches, discute de fútbol y se masturba con los culos de bailando por un sueño empieza a añorar a Videla...
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