Esa parece ser la frase que signa el acuerdo entre el expresidente Kirchner y Roberto Lavagna. Según resuena en los pasillos del poder, la creatividad de Néstor como Ministro de Economía en las sombras se agotó. Hacía falta un técnico con muchos contactos en los organismos financieros internacionales que maneje la situación desde otro lugar, y ahí estaba el hombre, a la buena de Dios. Lupin ha demostrado no ser tonto y en su momento escuchó los sabios consejos de su amigo Domingo Cavallo para llevar al exterior los fondos de Santa Cruz. Hoy le pone la oreja al hombre que supo rescatar Duhalde desde las sombras, y en momentos de crisis. Lousteau y Cristina seguirán su papel de recibidores de las visitas oficiales y no tanto, mientras, la dupla que piloteó el comienzo del gobierno anterior, seguirá con las riendas de éste, que es nada más y nada menos, que el mismo.
jueves, 14 de febrero de 2008
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