Una profesora de historia de la universidad, bastante combativa ella, nos dijo una vez: "Nuestros oligarcas fueron de lo peor, pero hay que reconocerles que tuvieron muy buen gusto". Hablaba de esa Buenos Aires con aires parisinos, de esa arquitectura barroca y de los grandes palacios de la aristocracia, al estilo del teatro Colón. Pero, claro, yo no puedo negar que el lugar es hermoso, ahora, qué hay de su refacción que nos cuesta a todos 93 millones de pesos, sin contar los vueltos ¿no?.
El notero aguardaba pasar a cubrir la conferencia de prensa que Mauricio daría en el histórico edificio para anunciar que el plan de obras se extendería hasta el 2010, cuando haciendo tiempo en los pastos secos de la Plaza Lavalle, se percató de lo ruinoso del lugar, y no sólo eso, sino que descubrió cientos de personas con chicos que usan esas arboledas como techo. Todo barnizado con el olor pestilente y nauseabundo de la miseria.
Mi profesora tenía, y sigue teniendo razón, nuestros oligarcas siguen siendo de lo peor y además, es verdad, tienen muy buen gusto, pero para la hijoputez.
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