Cuando se deciden movidas como la del nuevo cuerpo de inspectores de tránsito, se prepara toda la parafernalia del lanzamiento mediático. Entonces se disponen operativos para las cámaras en las calles, se pone a un vocero para poner la cara en la TV y las radios, y luego, como por arte de magia, todo desaparece una vez que la imágenes y sonidos para los noticieros y diarios quedaron registradas, así como también las fotos de los diarios que darán que hablar aún, en la jornada posterior.
Este humilde notero estuvo cubriendo la fantochada de la nueva policia de tránsito de la ciudad y comprobó que después de las 13, el famoso operativo se hizo humo. No había ni policia, ni nueva Guardia Urbana, ni voceros, ni nada. El director porteño de Seguridad Vial, un tal Pablo Martínez Carignano desapareció tras algún frugal almuerzo y hasta cortaba el teléfono a los cronistas que lo buscaban desesperados. El plan se reiniciaba a las 15 hs y hasta las 19.30, pero en el microcentro, nothing, ni el loro, ¿que tal? como laburan!.
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