Un buen termómetro para medir la situación económica, al menos en Capital Federal, es consultar a los tacheros. Esos abnegados pilotos que no dudan en hacer que un viaje que podría salir 10 $ salga 25$. Recuerden que sus benditos relojes facturan por tiempo y por kilometraje, lo que permite agarrar miles de semáforos en rojo, ir por el carril más lento o el camino más largo. Pero fuera de estas vicisitudes a las que nos someten estos tipos, no todos aclaro, está la búsqueda del mango diario y sus números. Sintetizando el relevamiento, un tachero me dijo: "antes laburaba 8 o 10 horas, menos los domingos, y con eso pagaba el arrendamiento del auto, el alquiler de mi casa y bancaba a la familia (tipo), ahora laburo 12 o 14 horas diarias, estoy divorciado y vivo en lo de mi vieja y no me alcanza ni para comer, no para pagar el auto".
Otro taxista me explicó que por el alquiler del auto algunos tacheros llegan a pagar 180 pesos al día, lo habitual hoy por hoy es, como barato, 120 $. A veces en 8 horas de trabajo no llegan a juntar el dinero para pagar solo el vehículo. Estar 12 o 14 horas arriba de un auto para cubrir esos gastos básicos hace que más de uno de estos hombres (o mujeres) se duerma en los semáforos, ande con mal humor o nervioso (o todo junto). Ven como una cuestión económica se refleja directamente en el ámbito social y hasta en los accidentes de tránsito. Obviamente no descubrí nada, pero no está mal parar la pelota de vez en cuando y consultar los números de cada uno para darse cuenta que la mayoría estamos en la misma situación.
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