Las dos caras de la moneda

Es un hecho que en nuestro querido país las políticas económicas impuestas desde el '55 para acá han logrado que la brecha entre ricos y pobres cada vez sea más amplia. Esto no tiene nada que ver con ser peronista o no serlo, están los datos objetivos de los números que lo avalan, y no son los del Indec de Moreno, aclaro. En este marco se dan situaciones paradójicas que demuestran cada vez con más crudeza las desigualdades, los contrastes en todos los ámbitos de la sociedad. Los medios de comunicación y quienes los componen no están exentos de ello. Hace poco Mario Pergolini salió a anunciar la puesta en funcionamiento de un estudio radial exclusivo para su programa Cual es que costó la friolera de 400 mil dólares. Hasta acá muchos podrían decir, bueno y que tiene? un tipo exitoso con su plata puede hacer lo que quiere ¿o no?. Sí, es cierto, en el sistema liberal capitalista eso es una gran verdad. Lo grave es que para este emprendimiento, el empresario radial está asociado al grupo mexicano CIE, dueño de más de seis emisoras en la Argentina que en lo que va del año dejó a más de 60 personas en la calle y está en conciliación con otra treintena que teme quedar sin trabajo a corto plazo. Estos tipos adujeron que tienen problemas financieros y por eso se retiran del país.

Ustedes se han enterado a través de este blog y otros medios que hubo paros, asambleas y varias movidas debido al conflicto que aún persiste. Mario, como le dicen los chupa culos que pretenden ligar algo de su gracia exitosa, jamás se refirió al tema en lo más mínimo, claro, si estás negociando semejante cosa lo mejor es hacerse el boludo, dice un maquivélico de La Paternal. Sólo en la Rock and Pop (la radio del progresismo irónico por excelencia) les dieron el "retiro voluntario" (raje encubierto) a más de 50 personas y nadie tiró media sílaba con ironía.

Disculpen los admiradores de Pergolini, aclaramos por las dudas que de Etchecopar pensamos lo mismo, o peor. Sabemos que "Pergo" no es Camilo Cienfuegos ni tiene porque serlo, pero lo de salir a mostrar "su propio Disneylandia" en connivencia con un grupo empresario de oscuro origen, que además jamás respetó legislación alguna en el país y frente a la angustia de cientos de trabajadores que están en la ruina es como mínimo, una gran hijoputez.