Como la economía tiene sus ciclos, la política nacional parece tener los suyos. Esta película es bien conocida, cuatro años de poder hegemónico, sin oposición alguna, una abultada billetera, medios a favor; para luego caer en una abulia, crisis inflacionaria, deserciones, y más tarde la lenta y progresiva lejanía de las primeras filas. En esta etapa final se encuentra el kirchnerismo, y acá no hay especulaciones ni partidismos, es la realidad objetiva. Nos queda un gobierno debilitado con el que habrá que lidiar los próximos tres años. Para colmo, la Presidenta sigue siendo asesorada por el enemigo y continúa con los errores de gestión que hicieron de estos siete meses el infierno tan temido. Guardar a Lupo y evitar sus transgresiones mediáticas no va a resolver absolutamente nada. La línea política la sigue marcando él y ese es el verdadero problema. El maquillaje de cambiar tres o cuatro ministros para frenar la caída es otra entelequia.
¿No les llamó la atención que los medios hayan tomado con tanta displicencia la posibilidad de que los K renunciaran y volvieran a su feudo?. Cuando empiezan a tejerse estos tibios rumores que pueden provenir del propio gobierno o de algún otro sector, lo que se suele estar haciendo es sondear a la opinión pública. En este caso nadie dijo nada y eso no es bueno, si se plantea que un poder establecido hace cinco años podría salir de circulación sin más, y eso no genera reacción alguna, bueh muchachos!, empezamos a estar otra vez en manos de los Duhalde, de los grupos económicos concentrados que no ligaron en este entierro, de los opositores que representan intereses financieros non sanctos, de los gurkas de la política arribista. Es decir de la misma mierda de siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario