Como venimos adelantando, el horno no está para bollos y sumado a eso, el gobierno K pierde la compostura en sus más publicitados estandartes. La economía se reciente cada día más y el principio basado en la más profunda militancia por los Derechos Humanos se desdibuja entre el humo de los gases lacrimógenos y las balas de goma. ¿Qué pasó con el almacenero economista de Kichner y la idea de jamás reprimir?. Es cierto, cuando las cosas se van de las manos empiezan las improvisaciones y en consecuencia los errores. Las decisiones que se están tomando ultimamente en el gobierno dan miedo. Los muchachos han perdido la compostura y aprietan o compran diputados sin tapujos , putean ante las cámaras, mandan a pegarle a un par de tios con cacerolas, arman carpas "justificadas" y mandan a la infantería a desalojar a las que no les gustan, andan con guarda espaldas karatecas, se mofan de los opositores y expresan en cámaras su sibilina mediocridad.
Por el otro lado, el que ha perdido, no sólo la compostura sino el decoro, es el Grupo Clarín, que además de mostrarse fervientemente opositor a dado libre albedrío a sus empleados para que digan lo que les venga en gana, siempre y cuando sea contra los K. El surrealista Sergio Lapegüe decía hace un rato, mientras mostraba las imágenes de la represión al Partido Obrero y Quebracho, "imagenes que hablan de la intolerancia" y sobre la votación en diputados expresaba "hubo legisladores que no querían votar, vaya a saber por qué cambiaron de opinión, una modalidad opinable". Quien lo iba a decir, Magnetto siendo solidario con Altamira y Esteche y encima denunciando votaciones irregulares ¡¡¡Mamita!!!
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