Hace tiempo atrás mientras leía la correspondencia entre el General Perón y John William Cooke en épocas de la resistencia peronista me llamó poderosamente la atención la cantidad de veces que el extinto tres veces presidente de la Nación usaba el término defección, o en su función verbal, defeccionar. Ayer la Presidenta reflotó aquel arcaísmo político para referirse a los senadores, diputados y obviamente al vicepresidente, quienes no apoyaron las retenciones en el Congreso. El diccionario de la Real Academia Española lo define así: Defección: Acción de separarse con deslealtad de la causa o parcialidad a que se pertenecía.
viernes, 18 de julio de 2008
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