Resulta que el día viernes le tocó a este Notero cubrir la presentación de Néstor en la Asociación Bancaria, sí, allí fue donde el ex presidente conminó a los diputados a "ponerla". Pero el post no quiere referirse a eso sino a lo que ocurrió con los periodistas. A medida que íbamos llegando un muchacho de prensa nos acreditaba entre sonrisas y nos invitaba a pasar al fondo para recibir un mimo gastronómico; gaseosas, aguas y sandwiches de miga. Todavía Kirchner no había llegado, pero en la puerta de la entidad los muchachos de La Cámpora, como es costumbre en cada presentación K, golpeaban los bombos y cantaban a gusto. Adentro, gente del partido, diputados, funcionarios y dirigentes bancarios aguardaban el comienzo del acto. Cuando nos informaron que Néstor ya había ingresado por la cochera nos aprestamos a subir al auditorio donde se realizaba el evento. Pero oh! sorpresa, el ingreso a la prensa estaba vedado. Nos dijeron que usáramos un parlante y las imagenes que se transmitian por circuito cerrado en la planta baja. Increíblemente, cuando el locutor de turno anunció que ya estaba en el púlpito el presidente del PJ, se cortó el sonido y la voz invitó a que los periodistas se retiraran porque empezaba el congreso bancario. Movileros, cronistas. camarógrafos y asistentes empezamos a inquirir a los tipos de prensa, que casi burlonamente decían "sí sabemos lo que pasa pero no podemos hacer nada". Algún personaje de peso llamó al celular del jefe de prensa de la Asociación, Eduardo Berrospe, y de repente nos habilitaron un parlantito para registrar lo que decía Kirchner.
Terminado el acto el caradura de Berrospe bajó con Zanola y dijo, como si nada, "bueno acá tienen al Secretario General para que le hagan notas". No sólo que nadie le hizo nota alguna sino que todos comenzaron a quejarse al unísono por lo ocurrido. Zanola decía entre gritos que había sido una cuestión del ceremonial, y el ex montonero indultado por Menem, ahora devenido en Jefe de Prensa de la AB, miraba a los quejosos de arriba abajo sin emitir sonido y con cara de perro, trataba de intimidarnos con el viejo cuento de, mirá que te tomo los datos. Pregunta: ¿Se puede ser tan idiota?. Ni el mismo K hubiese dado orden tan estúpida.
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