Muerte 1) Cuenta Miguel Bonasso en su libro El presidente que no fue, que trabajando en la redacción de la revista Extra que dirigía Berni en los '70, el hombre de mútiples lealtades (diría Asís, casi emulándose), había surgido un conflicto laboral con el periodista Dardo cabo, en el que él mismo quedó involucrado. Los muchachos entonces decidieron vengarse y fue así que desde la redacción de la publicación y en horas de la noche cuando no había nadie allí, comenzaron a noticiar a colegas, funcionarios, empresarios y cualquier personalidad pública que estuviera en la agenda que habían sustraído en el lugar, sobre la muerte súbita de Neustadt. Los muchachos descolgaron todos los teléfonos luego de anunciar que el velatorio se desarrollaría en las oficinas de la revista. Pasmado y comprendiendo de a poco la oscura broma que le habían hecho, a Berni no le quedó otra posibilidad que recibir desde temprano a todos los que se acercaban a dar las condolencias en la puerta del edificio, hasta mandó a pedir sandwiches de miga y algo para tomar.
Muerte 2) Recuerdo haber leído en el libro Más allá de la vida, del desaparecido Víctor Sueiro, un episodio que vivió Bernardo allá por los años noventa. Resulta que el hombre le contó al Gallego que un día estaba en su mansión dispuesto a desayunar y de repente comenzó a escuchar una voz que le decía que llamara urgente a un médico. La voz misteriosa, según describió, provenía de su interior o algo así. El pedido se repitió con urgencia varias veces mientras el periodista empezaba a desvanecerse producto de un fuerte dolor de pecho y la falta de aire. Así fue que llegó al teléfono y logró entablar la comunicación antes de caer al piso con un paro cardíaco. Alguien lo encontró tirado, le hizo los masajes de rigor hasta que llegó la ambulancia y el tipo se salvó.
Muerte 3) Esa, esa ya la conocen y saben que fue en serio y además que nadie pudo salvarlo.
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