Definitivamente, los vecinos del barrio de Once que comparten cuadra con la sede del PJ capital están hastiados. Es que cada vez que los muchachos se juntan en la puerta de Mathew 130 hacen un lindo despelote. Con bombos, cánticos, gritos y cohetes han logrado que sean varias las denuncias policiales contra los responsables del edificio. Ayer cuando el ex presidente se reunió con los líderes de organizaciones sociales, gran cantidad de seguidores coparon veredas y calles lindantes con significativa efusividad. Adentro mientras Néstor, Kunkel y Cabandié recibían a D'elía, De Petri, Pérsico y Arizpe, entre otros, un grupo de mujeres desesperadas llegó con la policía a los gritos para pedirle a Kirchner que se fuera con los bombos a otra parte. Citaron el artículo 14 de la Constitución y dijeron no soportar más esos actos multitudinarios en la puerta de sus casas y departamentos. Nadie, ni los medios, ni las autoridades del partido les pasó bola alguna. La policía, bien gracias. La marchita siguió sonando al compás del lock out patronal. Claro, desde hace tiempo que esa sede estaba inactiva, pero ahora que Lupo mudó de Puerto Madero hacía allí, las batucadas serán un clásico partidario.
jueves, 29 de mayo de 2008
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