
No por casualidad el expresidente en funciones eligió
Ezeiza para hacer su arenga política de la semana pasada. Resulta que
Néstor ha sabido sembrar una excelente relación con el ¿ex? ultramenemista
Alejandro Granados, intendente del lugar. El tipo es el dueño del famoso
El Mangrullo, la parrilla donde el menemismo, el duhaldismo y ahora el kirchnerismo han preferido festejar siempre sus triunfos. Muchos lo recuerdan llegando a
Olivos con la mejor carne para homenajear a su amigo riojano en épocas de gloria carlista.
Granados además es amo y señor del equipo de
Tristán Suárez, del cual su hijo es presidente y a cuyos partidos asiste
Diego Maradona (cuando no rodeado de mafiosos el diegote) desde que vive en
Ezeiza y es amigo del hombre que logró que se afiliara al justicialismo. Debido a todo esto y mucho más es que no llamó la atención verlo levantar un cartel que le acercara el titular de la
UOM,
Antonio Caló, con la foto del legendario emulo de
Al Capóne,
Lorenzo Miguel. La verdad que a
Néstor, en esta nueva etapa de
Primer Trabajador, no le van a faltar enemigos con amigos así. A muy corto plazo, no les extrañe
Granados se vuelva sciolista de la primera hora. Ese es el hombre que los traidores de siempre tienen como futuro "referente" si la era
K se acaba inexorablemente. Por eso
Danielito es el tipo que más desconfianzas genera entre las huestes kirchnerista, y más aún desde que los números le dan un 57% de popularidad sobre los 50 que tiene el ex presidente.
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