lunes, 27 de septiembre de 2010

Ser o no ser periodistas: a la conquista de nuestra identidad

Escribió Norá Anchart: "¿Será posible imaginar un mundo repleto de empleados en fábricas que producen máquinas de guerra, de amas de casa que cocinan, de científicos que calculan cuántos metros cuadrados de aire faltan para sobrevivir, de niños que repitan una lección ... todos ellos sin la más remota noción de sentido para qué lo hacen. En este fragmento de la obra de Roberto Arlt, Los Lanzallamas, se encuentra una de las primeras preguntas que creo forzoso hacernos, a la hora de conocer el sentido de nuestro oficio.
¿Será posible imaginar redacciones de diarios y revistas, radio, noticieros de televisión, todo tipo de soportes que requieran de la mano de obra especializada que constituimos los periodistas, sin que nos cuestionemos para qué y por qué escribimos, informamos y desde dónde?. Parece una pregunta absurda, pero no lo es. Plantarse en algún lugar significa echar por tierra la idea cómoda de la objetividad para poner en relieve el compromiso que se asume a la hora de informar. Desde dónde, significa asumimos como trabajadores de prensa o como esa entelequia, el famoso y bien ponderado cuarto poder, que parece sobrevolar todos los poderes y se arroga a sí misma la calidad de fiscalizador de todos y todas las expresiones de la sociedad, cualquiera que esta sea.
Hace algunos años cuando me acerqué a la UTPBA, lo hice desde la plena conciencia que era el lugar adecuado para construir entre todos lo que se nos escamotea en forma permanente: la identidad de trabajadores de prensa. Todos y cada uno de los que constituimos la cadena informativa, de investigación de producción. Todos los que somos necesarios para que el material llegue a la evaluación del lector, el televidente, el escucha. Es redundante marcar que en esta definición está implícita la noción de equipo, de construcción colectiva, de derechos y deberes compartidos. Nada llega a buen término si los elementos que componen esa cadena están disociados.
Luego llegó la decada de los '90 y lo que parecía imposible sucedió. Los grandes monopolios ganaron la partida y la idea de colaborador plasmó el individualismo, la factura, la no pertenencia a un proyecto o a una empresa, si es lo que elegías, sino a la propia capacidad de superviviencia , acomodando los estilos, temas y prioridades a las del mercado, para sobrevivir. Muchos compañeros y compañeras quedaron en el camino de la flexibilización. Sin una presencia gremial fuerte que los protegiera o sin posibilidad de la sobreadaptación que se le exigía a través de los contratos basura. Nuestro vapuleado estatuto del Periodista Profesional pasó al olvido.
Hoy entiendo que soplan vientos diferentes. la discusión no está en el término de las personas, sino de la políticas,. La Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, la democratización de Papel Prensa (N. del Notero: que no sirven de mucho si es para consolidar un monopolio con Szpolski y Pierri) y las discusiones acerca del del ejercicio de nuestra profesión dentro de las empresas, nos colocan en un momento bisagra que se debe capitalizar como una interpelación hacia el cambio. Todo lo que parecía imposible está sucediendo o comienza a sucede. Es hora de ponernos nuevamente a la cabeza de las reivindicaciones profesionales y gremiales que nos merecemos, a conquistar esa identidad colectiva de trabajadores. A exigir lo que nos corresponde.
La inestabilidad laboral no puede ser parte del riesgo de ser periodista, de la misma manera que conquistar la estabilidad no puede ser a cualquier precio. Lo mejor de cada uno de nosotros y nosotras está en juego. El porvenir es triunfalmente nuestro. Nos lo hemos ganado con sudor de tinta y rechinar de dientes, frente a la "Underwood", que golpeamos con manos fatigadas, hora tras horas, hora tras hora.
Haremos periodismo no hablando de periodismo, sino construyendo ese colectivo que nos represente. "Y que el futuro diga", cerraría Roberto Arlt.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

TODOS CON BAYER A NO DEJAR QUE LA BUROCRACIA NOS SIGA SACANDO LA PLATA Y LA DIGNIDAD. CARLOS S.

Anónimo dijo...

A reentar las urnas con el maestro osvaldo, no hay mucho que pensar gente!!! mariela

Anónimo dijo...

REVENTAR QUISE DECIR, REVENTAR!!! MARI

Anónimo dijo...

El Grupo A de las elecciones de UTPBA denuncia fraude porque no le dieron boletas, pero sus fiscales del PO, MAS, PTS y PJ firmaron anoche las actas donde reconocían que todo estaba correcto. Bipolares? Un poquito...

Anónimo dijo...

Bayer= Dignidad, Memoria y Conciencia de Trabajadores de Prensa

Anónimo dijo...

Osvaldo Bayer nos dice que es posible otra realidad, que en nuetras manos está parirla. Vamos con Bayer, compañeros...!!!

BAYER CONDUCCION...!!!
BAYER DIGNIDAD...!!!

Anónimo dijo...

nora anchart?? y a quien representa esta pseudoperiodista??, q siga haciendo prensa a los ladrones de turno en el gobierno de la ciudad!!

MARIANA dijo...

Lo que dice el posteo es algo que me pregunto permanentemente. Salir a trabajar para cumplir con un sistema de intereses predeterminados es tritísimo. Nuestra existencia no tiene sentido si esete esfuerzo tiene como única finalidad ir al cine o al bowling de vez en cuando para olvidarnos que no somos ni hacemos nada. Tenemos que tener causas comúnes y nobles que no sólo vayan en beneficio nuestro sino de nuestros hijos y posteridad. Lo que estamos haciendo desde nuestros puestos de esclavos modernos; correr detrás de noticias que nos dictan sin usar una neurona o una molécula de nuestro pequeño poder para cambiar algo es como mínimo aberrante, denigrante y patético. Es pasar por este mundo como una ameba inútil, insípida, indigna. Mariana Coloccini. Quiizás fui muy cruda pero piensenló un poquito cada mañana y cada noche cuando se acuestan, el agobio los va a hacer rebelarse de alguna puta manera, se los puedo asegurar. Yo ya empecé por algo. me cago en Das Neves y voy por un tipo integro como Bayer. Al menos sus libros, sus notas me han dado ganas de hace algo por mí y mis amados niños. Gracias por leer la sanata, pero es una catarsis necesaria siempre, siempre....

Anónimo dijo...

Grande, Norita Anchart! Siempre al lado de próceres: Aníbal Ibarra, la Lubertino, etc. Ahora diciendo gansadas en el programa de Halperín en Radio Nacional. Vale una cita textual de una periodista de cuarta?
Tito Luaces

Anónimo dijo...

Nora Anchart hacete cargo de haber estado en el harem de Alberto Kohan en el menemato que hoy denostas pero que te tuvo de ñoqui berreta. Como Ibarra, Lubertino y gente mufa como vos. Chorra. Que hiciste en periodismo? Larga la wikipedia ignorante mentirosa.