Escuela y premios Eter, un negocio redondo

Desde que Eduardo Aliverti dejó de ser un periodista comprometido para transformarse en un mercader con marketing progre y dedicarse a hacer guita, hay que reconocer que no le ha ido nada mal. No criticamos que se dedique a los negocios, sino que los haga bajo el pestilente slogan que a él tanto le gusta de ser "el zurdo blanqueado". El zurdo que almuerza con Mirtha Legrand y afirma meter allí su bocadillo revolucionario para mejorar la sociedad. Si se critica el injusto sistema capitalista y sus desigualdades, creo que no se puede usufructuar desde ese mismo sistema y con su lógica perversa. ¿o estoy loco?. Bueno, eso es lo que hace el hombre de la voz grave.

Este Notero trata cotidianamente con algunos de los chicos que han cursado en la escuela ETER. Todos se quejan de lo elevado de las cuotas (hoy por hoy, 500 pesitos), de la intolerancia con los atrasos en el pago, el bajo nivel que consideran se les brinda a cambio del costo que se les exige, y especialmente del hecho que no se otorguen becas, salvo alguna media beca como para disimular. ¿Sí ganás tanta guita y querés un mundo mejor Edu, tené al menos un mínimo de solidaridad social. Si existe una fundación Aliverti por favor que alguien avise y juro que me retracto de todo, pero lo dudo.

Con todas estas contras el tipo igual posicionó su "institución educativa". Gracias a sus buenos contactos consiguió entregar títulos que hasta tienen cierto "prestigio" en el medio.

Su otra "genialidad" fue la invención de Los Premios ETER, una suerte de Martín Fierro, que teóricamente representaría un reconocimiento progre pero que termina por premiar a sinónimos de la derecha más recalcitrante, caso Magdalena Ruiz Guiñazú. Eduardo sabe moverse con suficiencia en todo este cambalache. El puede pegarle a Duhalde y trabajar en la radio de su delfín De Narvaéz. También puede darle con un hacha al menemismo y a su vez apoyar descaradamente a un (o una) presidente que tiene miles de crápulas menemistas en su administración. Yo no sé como todavía alguien puede decir que este hombre sigue representando al periodismo de izquierda.