Mientras el Ministro de Justicia que supimos conseguir (diría Berni), Aníbal Fernández, sigue dando muestra de su capacidad para desarrollar teorías esclarecidas en las que, por ejemplo, acusa a un director de cine de haber incendiado vagones para publicitar su película, el testigo del caso Etchecolatz, Jorge Julio López sigue sin aparecer. Si uno, en la vorágine de la información, se detiene un segundo y toma conciencia del terrible grado de patetismo que esto significa, la cosa supera lo bizarro y empieza a generar terror. ¿Puede ser que estos tipos no tengan una sola pista; una línea investigativa?. A nosotros, la verdad, nos da que pensar. En octubre de 2007 el blog presentaba este posteo. En medio de toda esta cosa turbia, no está de más releerlo detenidamente con sus vínculos y todo.
jueves, 18 de septiembre de 2008
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