Un aumento que duele

Y como suele ocurrir en estos casos, uno sabe que algo va a aumentar pero no siente el verdadero impacto hasta que la medida se materializa. En el caso del transporte la cosa es aún peor, porque uno no calcula las monedas, se queda corto y parece, o mejor dicho, ocurre que la guita no alcanza. Los medios cuando anuncian el batacazo hablan de los pasajes en el ámbito de la Capital Federal únicamente, como si el conurbano o el resto del páis no existiera. Será como me recuerda siempre un amigo, "aquí ganaron los unitarios, no te olvides". Lo cierto es que en Provincia, por unos pocos kilómetros se abona un boleto de hasta 1,60 $. El boleto más consumido en el conurbano salía 1,25, ahora cuesta 1,50, una locura. Un trabajador que ingrese de la provincia a trabajar a Capital, o se movilice en el gran Buenos Aires gastará en un viaje de ida y vuelta 3,20. Casi todos toman más de un colectivo, ya que combinan con tren, o llegado el caso con el subte que sale ahora noventa centavos. Ergo, un laburante que utilice el mínimo en servicio de transporte, es decir un colectivo para ir y volver sumado con, por ejemplo un subte ida y vuelta, desembolsará la friolera promedio de 750 $ mensuales.