Ahora resulta que varios intendentes del conurbano pretenden emular al justiciero Macri. Los muchachos decidieron hacer limpieza en sus distritos despidiendo ñoquis y toda clase de garroneros. Muchos ciudadanos festejan estas decisiones patrióticas y deducen que gente como Fernando Gray, jefe comunal de Esteban Echeverría, goza de la ausencia de una jueza Liberatore que lo someta a absurdas judicializaciones ideológicas. Lo cierto, es que estas movidas de rajar punteros y acomodados de las anteriores administraciones se hizo siempre, lo que pasa es que ahora están marquetinizadas (permitanme el término, que además no sé si existe). Cuando el velo vuelva a caer sobre sus gestiones, comenzarán a ingresar los punteros y acomodados de los nuevos intendentes, y así ad infinitum. Quién puede creerse esta farsa del empresario devenido en político que llega para terminar con toda la corruptela. Este señor, Mauricio, llegó a esa posición que ocupa en base a fagocitar los recursos del Estado adquiriendo, mediánte oscuras relaciones con la más recalcitrante lacra militar de este país, contratos millonarios para sus "incipientes" empresas, ejemplo Manliba. Los mandamás del conurbano, como buenos alumnos del berreta establishment argentino, copian la estrategia y las mañas de la más baja clase empresaria vernácula.
No hay comentarios:
Publicar un comentario