Si el Negro Fontanarrosa estuviera vivo, se daría cuenta de que sus escritos para la obra Aryentain, tan bien interpretada por Araoz, Noher, Zilly y Serrano, están más vigentes que nunca. Allí el libreto dice que la CIA tiene un departamento especial que se dedica, pura y exclusivamente, a realizar conspiraciones contra la República Argentina. Las mismas van desde la muerte de Gardel, la final del mundial Italia ’90, hasta la expulsión de Maradona del Campeonato de Estados Unidos. Obviamente le faltaría sumar ahora la valija de los 800 mil U$, que supuestamente los muchachos de Edgar Hoover habrían plantado con uno de sus agentes para evitar, que de una vez por todas y para siempre, la Nación se transforme en un país libre, justo, rico y soberano.
Bueno, al menos es coincidente con la teoría que desde el comienzo, y por estos días desparramaron Hugo Chávez Frías y Luís D’elía. Ahora lo más llamativo, y este no es un detalle menor, es que ENARSA, la empresa estatal de energía argentina, que lo único que posee son dos estaciones de servicio en todo el país, se da el lujo de contratar vuelos de 90 mil dólares como éste, mantener empleados con sueldos siderales y gastos varios, mientras millones de argentinos cuentan las monedas, y ni así, llegan a fin de mes. Sin nombrar a los cientos que mueren de hambre.
Es verdad, además de que el hecho ya está consumado, la reacción del gobierno para justificar lo injustificable fue lenta y errónea. Por otro lado, lo de la oposición es ciertamente impresentable. Cómo puede un hombre como Fredy Storani alzar su voz juzgadora, cuando participó junto a López Murphy, Jesús Rodríguez, Leopoldo Moreau, Raúl Alfonsín, Fernándo de la Rúa, Eduardo Duhalde y el siniestro Coti Nosiglia, entre otros, de la debacle más terrible de la historia argentina.
Tampoco queremos pecar de ilusos, y es preciso decir que sabemos muy bien que desde hace tiempo a este presidente lo vienen operando desde diversos sectores. ¿Qué sectores? y pensemos. ¿Quiénes son los que hace tiempo reclaman y encima pierden la paciencia antes que la gente en circunstancias como ésta? ¿Quiénes tienen la capacidad suficiente para precionar sobre los precios y establecer diferencias abrumadoras. Sí, esos, los mismos en los que estás pensando. El campo, la patria financiera y las multinacionales. Suena a discurso izquierdista y hasta setentista, seguramente sea más divertido oír hablar de la curvas de Caty Fulop en el baile del caño, pero lamentablemente nunca es triste la verdad.
Bueno, al menos es coincidente con la teoría que desde el comienzo, y por estos días desparramaron Hugo Chávez Frías y Luís D’elía. Ahora lo más llamativo, y este no es un detalle menor, es que ENARSA, la empresa estatal de energía argentina, que lo único que posee son dos estaciones de servicio en todo el país, se da el lujo de contratar vuelos de 90 mil dólares como éste, mantener empleados con sueldos siderales y gastos varios, mientras millones de argentinos cuentan las monedas, y ni así, llegan a fin de mes. Sin nombrar a los cientos que mueren de hambre.
Es verdad, además de que el hecho ya está consumado, la reacción del gobierno para justificar lo injustificable fue lenta y errónea. Por otro lado, lo de la oposición es ciertamente impresentable. Cómo puede un hombre como Fredy Storani alzar su voz juzgadora, cuando participó junto a López Murphy, Jesús Rodríguez, Leopoldo Moreau, Raúl Alfonsín, Fernándo de la Rúa, Eduardo Duhalde y el siniestro Coti Nosiglia, entre otros, de la debacle más terrible de la historia argentina.
Tampoco queremos pecar de ilusos, y es preciso decir que sabemos muy bien que desde hace tiempo a este presidente lo vienen operando desde diversos sectores. ¿Qué sectores? y pensemos. ¿Quiénes son los que hace tiempo reclaman y encima pierden la paciencia antes que la gente en circunstancias como ésta? ¿Quiénes tienen la capacidad suficiente para precionar sobre los precios y establecer diferencias abrumadoras. Sí, esos, los mismos en los que estás pensando. El campo, la patria financiera y las multinacionales. Suena a discurso izquierdista y hasta setentista, seguramente sea más divertido oír hablar de la curvas de Caty Fulop en el baile del caño, pero lamentablemente nunca es triste la verdad.
El gobierno hace rato que se está equivocando por causa de ambiciones desmedidas e ilusiones hegemónicas. Inevitablemente está abriendo la puerta a los lobos, como ocurrió en tantas otras oportunidades. Borges decía que la historia es cíclica, y especialmente eso ocurre en la Argentina, donde parece que nunca aprendemos la lección. El que se vayan todos fue un sueño colectivo que los propios argentinos enterramos para volver al réquiem paternalista del hombre que viene a salvarnos, del "vivo" que se llenó de plata y sabe hacer negocios a costa del hambre de los otros, y así y todo, nos va a dar la solución. No seamos negadores.
Ya que nos gusta tanto la psicología, hay que decir que, auto engañarnos, es un deporte nacional. La frase más oída en los últimos días en la calle es “y que otra nos queda, no hay nadie” y así venimos conformándonos con los menos malos desde hace añares. Los menos malos de siempre, que a larga, por codicia o conspiraciones varias, nos dejan un tendal de tristezas y desolaciones. No seamos cómplices ni de unos ni de otros, busquemos nuevos hombres de verdad, no los Macri, De Narváez y otros millonarios que amasaron sus fortunas a costas del Estado, es decir de todos nosotros, y hoy parecen buenos gracias al marketing, la publicidad y el Alzheimer. Ahora los intereses particulares no necesitan golpes de Estado ni asesinatos explícitos. Se arreglan con uno de los suyos bien aggiornado, elecciones y un grupo de ciegos que lo sigan, de los peores ciegos, de esos que no quieren ver.
Ya que nos gusta tanto la psicología, hay que decir que, auto engañarnos, es un deporte nacional. La frase más oída en los últimos días en la calle es “y que otra nos queda, no hay nadie” y así venimos conformándonos con los menos malos desde hace añares. Los menos malos de siempre, que a larga, por codicia o conspiraciones varias, nos dejan un tendal de tristezas y desolaciones. No seamos cómplices ni de unos ni de otros, busquemos nuevos hombres de verdad, no los Macri, De Narváez y otros millonarios que amasaron sus fortunas a costas del Estado, es decir de todos nosotros, y hoy parecen buenos gracias al marketing, la publicidad y el Alzheimer. Ahora los intereses particulares no necesitan golpes de Estado ni asesinatos explícitos. Se arreglan con uno de los suyos bien aggiornado, elecciones y un grupo de ciegos que lo sigan, de los peores ciegos, de esos que no quieren ver.
No hay comentarios:
Publicar un comentario