Seoane y Muleiro siguen haciendo lanzamientos de programaciones que no escucha nadie y olvidando a las radios del interior.

Es increíble, pero cada dos por tres el dúo directivo de las emisoras públicas, hablamos de María Seoane y Vicente Muleiro (dos ex clarinistas devenidos en ultradefensores del "modelo"), hacen una jodita en Maipú 555 para lanzar algo relacionado a algunas de las emisoras que dirigen. Esta vez fue el turno de la presentación de la nueva programación de la 93.7 Mhz, la frecuencia modulada que, allá lejos y en el tiempo, fue la FM Faro. Más tarde fue vaciada por el impresentable Gustavo Lutteral, quien levantó muy buenos dividendos del erario público sin hacer nada durante una larga gestión. Un día se avivaron que RPN era la nada misma y en medio de una jornada bizarra, le dieron el olivo que se merecía. Después llegó quien se encuentra hasta ahora al frente de la señal, Horacio Marmurek, marido de Daniela Castelo, esposa que ya firmó contrato para sumarse a staff de la "Nacional Rock", entre ellas están: Daniel Tognetti, Alfredo Rosso, Claudio Kleiman y el “Ruso” Verea. Lo grave de todo esto es que esta emisora, igual que la Folclórica, la Clásica y la misma Nacional, están en un estado técnico deplorable: equipo y antenas que no irradian señal más lejos que la esquina, consolas y micrófonos destrozados, y todo tipo de infraestructuras en abandono. Piensen que si esto es lo que ocurre en la radios porteñas lo que son la filiales del interior. Ya la renunciada directora de radio Nacional Córdoba denunció a Seoane por la desidia con que se trata a toda la red de radios públicas federales. En su momento, Gabriela Cabus expresó que con lo que se paga por algunos contratos que se le hacen a las "figuras" que predican el evangelio kirchnerista se podrían cubrir los costos básicos para mantener todas las señales provinciales en el aire, al menos con cierta dignidad. Si al menos contrataran gente que está sin laburo... pero no... la idea es endulzar más los bolsillos de los que ya están enganchados en el mundo mediático que procura la administración oficial. Triste y lamentable...