El ex secretario de cultura de Patillas, santo que no es de nuestra devoción, sigue tan cínico como siempre. El hombre se ha destacado, y se destaca, por ser uno de los más rastreros obsecuentes de toda la banda que ahora reniega del riojano. Así es que en su programa "Poder Vacante" sólo faltó el mucamo del Carlo, Ramón Hernández. De todos modos, ese panorama desolador no nos hace olvidar que como dijo una vez Jorge Lanata, "Asís será una mierda como persona, pero es un escritor". Y eso es cierto, el tipo sabe expresarse muy bien aunque defienda a Abel Posse y a otros malhechores más. En este material que les acercamos el autor de "Flores robadas en los jardínes de Quilmes" se dedica a pegarle sin asco, y de una manera muy literaria, a quienes el ve como los íconos culturales del kirchnerismo. Leanló y saquen sus propias conclusiones. Debemos confesar que cuando uno lee a este sector "intelectual" y político de la Argentina, hasta siente cierta simpatía por Néstor, Cristina y todos estos adláteres.
Carta Abierta
Carta Abierta
La banda desangelada de Ricardo Forster -coordinador de Carta Abierta-, teoriza, en las bulas intelectuales, acerca de los límites signados por la revolución imaginariamente posible.Caminan descalzos, los desangelados, como Gasmann en Brancaleone. Entre las brasas de la corrupción que, en el fondo, no soportan.Pese a la toma colectiva de conciencia, como los desangelados no son tontos saben, que a esta altura, resulta conveniente proseguir con la composición esporádica de las bulas insustanciales. Lo más valioso que lograron, desde Carta Abierta, hasta hoy, para Oximoron, fue que otros pensadores, de la despareja oposición, los tomaran en serio. Al extremo de conformar otro ateneo semejante. El Grupo Aurora. Pero estaba, entre ellos, el precipitado incontenible, que salió a plantear, a los tortazos semánticos, un debate profundo. Pero desde el lugar equivocado. Abel Posse se quedó solo. Pero celebrado por inquietantes miles de ciudadanos. Los que lo felicitan. El integrismo de Carta Abierta termina, irreparablemente, en los autógrafos que firma Posse. “Cada día más”, como canta Valeria Lynch. (N del R: esto lo dudamos)
Miradas al Sur
Desde hace meses -para los entendidos-, pese a ser semanal, Miradas al Sur desplazó al periódico de la Secretaría de Estado de Página 12. En la vibrante materia de anticipar las jugadas del oficialismo. De desbaratar los arrebatos tenues de la oposición menos distraída.La pasión por la autorreferencia sumerge a Horacio Verbitsky en el foso del agotamiento. Ampliaremos. La positiva convencionalidad de Mario Wainfeld no alcanza para legitimar la lectura. La excesiva autoponderación de Feinmann ya induce a la misericordia.
La Secretaría de Estado de Página 12 fue superada por el kirchnerismo fundamentalista de Miradas al Sur. Trátase del diario dominguero, caracterizado por ser la publicación más esclarecida del salvajismo oficial. Es una de las cuantiosas construcciones periodísticas que gerencia Sergio Szpolsky. Un radical que derivó en una suerte de Daniel Hadad del progresismo. Miradas al Sur es dirigido por Eduardo Anguita. Es el coautor de La Voluntad, texto de autoayuda para empacharse de los dolores generacionales.El semanario es, en gran parte, ilegible. Pero contiene el atributo de anticipar, con frecuencia, las jugadas del integrismo. Pudo percibirse en la ofensiva contra el Comisario Palacios, único policía de la historia que está preso por “chupar teléfonos”. O en la orientación del rumbo de los ataques despiadados hacia Clarín. Por el asunto trillado de los hijos grandecitos, inapelablemente treintones. Por los asedios sobre Papel Prensa. Entre tantos textos sobrantes, siempre puede encontrarse, en Miradas, alguno que merezca leerse. De Jorge Giles, del mismo Anguita. Del especialista en policiales Ricardo Ragendorfer, que tanto recuerda a Emilio Pettcoff. O de Alejandro Horowicz, el marxista solitario, que aún no se resigna a la inexistencia, en el universo, de algún país que se aproxime a sus ideas.
La Secretaría de Estado de Página 12 fue superada por el kirchnerismo fundamentalista de Miradas al Sur. Trátase del diario dominguero, caracterizado por ser la publicación más esclarecida del salvajismo oficial. Es una de las cuantiosas construcciones periodísticas que gerencia Sergio Szpolsky. Un radical que derivó en una suerte de Daniel Hadad del progresismo. Miradas al Sur es dirigido por Eduardo Anguita. Es el coautor de La Voluntad, texto de autoayuda para empacharse de los dolores generacionales.El semanario es, en gran parte, ilegible. Pero contiene el atributo de anticipar, con frecuencia, las jugadas del integrismo. Pudo percibirse en la ofensiva contra el Comisario Palacios, único policía de la historia que está preso por “chupar teléfonos”. O en la orientación del rumbo de los ataques despiadados hacia Clarín. Por el asunto trillado de los hijos grandecitos, inapelablemente treintones. Por los asedios sobre Papel Prensa. Entre tantos textos sobrantes, siempre puede encontrarse, en Miradas, alguno que merezca leerse. De Jorge Giles, del mismo Anguita. Del especialista en policiales Ricardo Ragendorfer, que tanto recuerda a Emilio Pettcoff. O de Alejandro Horowicz, el marxista solitario, que aún no se resigna a la inexistencia, en el universo, de algún país que se aproxime a sus ideas.
678
Para terminar, “6,7 y 8″. En la Televisión Pública. Formato demasiado previsible. La conducción (la señora María Oliván) y un amontonamiento de panelistas. Sólo se diferencia del formato de Casella en que Oliván se mantiene siempre sentada. La problemática consiste en destruir todo aquello que impugne al kirchnerismo. Receta de TVR. Del peor Pergollini. Extirpar frases del contexto, del adversario convertido en víctima. Para dilapidarlo. La ceguera fundamentalista de la propuesta imposibilita que alguno de los miembros del panel alcance a evitar el incendio profesional. La medianía generalizada logra que se luzca, en exceso, Orlando Barone. Reconforta saber que Barone llega finalmente al estrellato, después de los setenta años. Se lo merece. Junto a la invitada casi permanente, la señora de Carlotto. Ella se integra en el integrismo como otra panelista. Sumida en la cruzada devastadora Anti Clarín, Carlotto utiliza la problemática humanitaria. Para banalizarla, imperdonablemente.
8 comentarios:
Este tipo le escribió un libro en contra a Clarín cuando nadie decía nada
¿Eso de que sabe escribir va en serio? La verdad, en la puntuación, la repetición de peros y la apelación a las aposiciones como único recurso rítmico y estilístico no se nota.
En fin, contra toda evidencia, hay quienes dicen que sobre gustos no hay nada escrito...
Si "saber escribir" dependiera de la puntuación, la repetición o no de conjunciones adversativas y el uso o no de aposiciones entonces deberíamos eliminar de la lista a varios escritores reconocidos actualmente... reducir la escritura a la mera técnica y uso de recursos, lo único que evidencia es un cerebrito agitado por los pasillos de puán
Según el sabiondo que habla de escritura, a Walt Whirman habría que dejarlo del leer...por favor!!
Lo de "libro en contra de Clarín", ensalzado por el primer Anónimo, resulta insostenible. En realidad, el Turco Asís escribió un libro contra los ex compañeros suyos de Clarín, después que lo echaron.
El libro no va contra el diario ni contra la dueña; a lo sumo cuenta alguna ligera anécdota de alcoba, como cuando la Sra. Ernestina le tiró una estatua de Buda por la cabeza a su entonces amante y secretario general de Redacción puesto por el MID, Oscar Camilión.
Pero también alcahuetea a dos comentaristas de cine, que a cambio de las entradas que a ellos les daban gratis, se hacían tirar la goma por las correctoras de pruebas del segundo piso.
Si eso es escribir un libro contra Clarín, estamos en el horno...
El Turco está, como cuando era chico, detrás de la guita fácil. Si en aquel entonces tenía que embaucar a los pobres villeros de Florencio Varela, ahora no le cuesta nada entregarle el culo a los Saguier.
No, la verdad que escribir a principios de los 80 que los adalides de la independencia periodística y la honestidad intelectual eran una bolsa de gatos, no es escribir un libro contra clarín. Clarín no es sus periodístas y directivos, Clarín es una abtracción de los sabios de Sion. Tenés razón Sergio.
En excelencias de la nada no describió la hipocresía de la Unesco, no más contó algunas infidencias de los grandes adalides del humanitarismo.
Se te quedó pegada la palabra "adalides", Turco.
Parece Sergio que se te quedó pegada la costumbre de criticar por criticar, ¿contame quién escribió un libro a principios de los 80 criticando la integridad de los que hacían el gran diario argentino? Ahora cualquier pelotudo se tira contra la credibilidad de Clarín.
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