La pelota está manchada

El fútbol, el deporte me aburre profundamente, especialmente porque a River le va muy mal, y por suerte a la Argentina le está yendo mal en todas las formas del deporte porque en un país fascista como éste, los triunfos deportivos se convierten en los triunfos individuales. Es una desgracia que Boca gane, simplemente por esto: porque hay una gran cantidad de la población que es feliz al pedo; una felicidad que no existe, ajena a ellos, viste, la vida de ellos es una mierda, pero algunos dicen que lo ven al revés, que es mejor...bueno... eso es lo que les conviene... (Enrique Symns)

Elegimos esta frasesita del viejo "Señor de los Venenos" para adornar el blog en el día en que el que no se disfraza de chauvinista pasa a ser un boludo, un resentido, un saláme cuestionador de la alegría, de todo, va... Enrique Pichon-Rivière se dio cuenta un día que el fútbol le servía como herramienta terapéutica para tratar a sus pacientes con problemas mentales. Permitía que sociabilicen, actuar en función de grupo y organicidad, también en forma individual, proyectarse, tomar conciencia del juego, de la solidaridad, improvisar y ejercitar la capacidad de resolución inmediata, con otras tantas posibilidades espirituales y físicas más. Eduardo Galeano rescata al Fútbol como una herramienta de transformación que lamentablemente es utilizada para usufructuar prestigio político. Para él Berlusconi no sería nadie si no hubiera pasado por el Milan, y Mauricio tampoco si no hubiera estado en Boca. "Del terror capitalista anda escapando ahora el fútbol", remata el uruguayo.

Además de estas utilizaciones políticas, como la del "Fútbol para Todos", todavía no entendemos cómo el stablishment berreta del periodismo deportivo argentino sigue enarbolando el campeonato del mundial '78 como si se tratara de un triunfo valedero ¿están locos? ¿se hacen los boludos? ¿o la cama solar y tanta peluquería les quemó el cerebro?.

Claro, en cierta manera hay alguna explicación lógica para todo esto, cuando uno los escucha, se da cuenta a la legua que los tipos gozan de una indescriptible ignorancia que los lleva a tener tendencias fachistoides del cuarto mundo. Dicen "el negrito" despectivamente cuando relatan un partido contra Brasil y nos están rompiendo el culito. Hablan de la superioridad de los jugadores argentinos como si se tratara del "hombre nuevo" del Fhürer. Salvando las distancias, Niembro vendría a ser el Ducce del mundillo de la triste prensa deportiva nacional. Lo mismo ocurre con Araujo y la nueva camada bronceada y peinada por algún Giordano de Palermo. Esa clase de imbéciles es la que hace que Víctor Hugo Morales parezca Séneca.

Lo más triste de toda esta historieta, es que esta gente que se olvidó de la Junta en el '78 es la misma que habló del "Dreamtime" de Alemania y después lo destrozó cuando volvió en primera vuelta. Será la misma que después de preguntarle "Al Diego" sobre su nietito lo crucifique en Plaza de Mayo si cae derrotado. Los tipos son fachos del exitismo, si ganás sos Gardel, si perdés sos la peor mierda que camina sobre la faz de la tierra.

Mientras dure el seleccionado en la cancha todo parecerá estar bien, todos andaremos con bonetes, banderitas y las truchas pintadas como buenos alienados, ahora, si la mala fortuna lo llega a hacer subir al avión antes de tiempo, mamita!... el castillo de naipes se desbaratará una vez más. Volverá el pobre a su pobreza, el rico a su riqueza y el señor cura a sus misas, diría Serrat. Los avaros de Néstor y Macri seguro que lo harán a las divisas. La corpomediática deportiva volverá a ajusticiar jugadores a quienes considera gladiadores de circo de una clase inferior a la de ellos (aunque sean millonarios), y a quienes pueden endiosar o denigrar como les venga en gana.