Reproducimos un segmento de la nota que Diego Schurman escribió para Crítica de la Argentina:
La obsesión del ex presidente con Clarín le da omnipresencia a la guerra. Si se trata de la TV abierta, el 13 encuentra su contracara en el 7 y también en el 9, donde el oficialismo ya bendijo ciclos de Diego Gvirtz. En gráfica, se aguarda la salida de un nuevo diario, a cargo del empresario Sergio Szpolsky, y en radio Kirchner le hizo un guiño al otrora banquero menemista Raúl Moneta, quien adquirió en la misma operación las FM Metro, Blue y Rock and Pop. Periodistas de distintos medios, entre ellos de Clarín y Mitre, fueron tentados a sumarse a todos estos proyectos. No por tratarse de opciones legítimas de trabajo, dejan de ser parte de la estrategia K, como el proyecto de ahogo al negocio del cable, como la avanzada sobre Papel Prensa. Ni los recientes fallos judiciales adversos a la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual son un freno. La cruzada oficial contra Clarín es un camino de ida. Hasta Cristina le dedica parrafadas enteras a Héctor Magnetto en sus discursos. El viernes lo hizo para recordar que el CEO del grupo visitó más de una decena de veces la quinta de Olivos. Un recurso para denostar una reciente tapa del diario que aludía a los empresarios amigos del poder.Palabras al margen, nada cambió en el universo K. O se es amigo o se es enemigo. Néstor no entiende otro lenguaje que el binario. De lo contrario es imposible explicar la dilatación del lanzamiento de la 750, la radio del secretario general de los porteros, Víctor Santa María. La emisora tenía toda la artística montada, gracias a un trabajo minucioso del periodista Eduardo Aliverti, pero algo se interpuso en el camino. Las maledicencias del ex presidente estarían relacionadas al alejamiento del sindicalista del kirchnerismo porteño, amén de una invitación que habría cursado al empresario Francisco de Narváez, el verdugo electoral, para que participe de una fiesta del gremio. Kirchner no delega en materia de comunicación y eso quedó en evidencia con la salida de Enrique Albistur.
3 comentarios:
Me sorprende que tanta buena información patine sobre el final, Notero. La 750 asignada a Víctor Santa María estaba lista para salir al aire no gracias al minucioso trabajo de Eduardo Aliverti -que efectivamente colocó a un grupo de sus alumnos clientes de ETER como productores y operadores-, sino a la tarea antiética de María Seoane, que como directora de Radio Nacional y socia de Santa María en Caras y Caretas, apalabró a varios periodistas y columnistas de la "radio pública" para que se pasaran a la "radio privada".
De hecho, la famosa fiesta en la Rural que indigó a NK por la presencia de Francisco de Narvárez (dueño de casa gracias al turco hijo de puta) fue organizada por la propia María Seoane, quien le cursó la invitación a De Narváez para que en algún momento de la noche "pasara a saludar".
El mejor periodista del noticiero de Nacional ya estaba contratado para trabajar en la 750. Ahora todos lo miramos medio feo y se la tiene que aguantar.
Poné el link a la nota completa.
Periodismo básico, papá.
se comenta que seoane maltrato a dolina a los gritos en los pasillos de nacional.
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