sábado, 17 de diciembre de 2011

Con la llegada de las nuevas autoridades al Parlamento, Boudou y Domínguez complican el trabajo de la prensa en general

Boudou y Domínguez nos mandaron a sus muchachos...

De una manera inédita e insólita, después del recambio de titulares en cada cámara, la muchachada kirchnerista puso manos a la obra para complicar la labor de los periodistas parlamentarios y de todo aquel cronista gráfico, radial o televisivo que vaya a trabajar al Congreso, claro, tomado el barco, la idea es acometer la misma fantochada que en Casa de Gobierno (leer acá, acá y acá). Hay que decir que en líneas generales, la gente de seguridad de todas las dependencias gubernamentales nunca fue muy adepta a utilizar la cabeza y dejarse llevar, al menos por un rato por el sentido común a la hora de los ingresos en los edificios del poder, sin embargo esta vez se nota que hubo una orden desde el generalato para tratarnos como perros. En la entrada de la cámara baja por la Avenida Rivadavia se puso a dos clásicos monos descerebrados para pedir credenciales a cara de perro a metros de la puerta con vallado y todo, parecía que eramos de Al Qaeda. Adentro, la clásica cola para recibir la autorización y después el denigrante paso por un detector de metales que está siempre a cargo de tipos muy parecidos a los patovicas de los boliches que te dicen vos sí, vos no. Ya en el Palacio, los periodistas podían trabajar "libremente" en la pequeña sala de prensa o en los pasillos. Para ingresar al histórico Salón de los Pasos Perdidos, otra vez los lúmpenes manto negro queriendo demostrar su "poder" vilipendiando a la prensa pidiendo credenciales cada vez que se intentaba pasar. Una práctica realmente bochornosa!!!. Encima, los tipos se ponen de culo si después de una sesión que dura ocho horas uno no les muestra algo de temor al pasar por milésima vez, ¿quién carajos decidió esta aberración y le dio poder a estos zánganos?. Ahora también entendemos los palos en la Legislatura provincial en la asunción de Scioli y Mariotto!!. Como si esto fuera poco, el jueves cuando empezaron las reuniones de comisión en el Senado, directamente los colegas no pudieron ni siquiera ingresar al edificio. Boudou, al igual que Domínguez en diputados, bloqueó el paso al periodismo. Una mal educada empleada de Amado salió a decirles que esa actividad era "institucional" y que por eso no podían estar allí. Parece que la mujer no tenía la más puta idea de lo que estaba diciendo y seguía ordenes cual autómata sin neuronas. Las empresas de seguridad que tienen a cargo esta nefasta tarea en las cámaras afirmaron que recibieron órdenes para tratar así a los compañeros, luego los caraduras asesores legislativos salieron a desmentir y a descomprimir la situación aflojando, sólo un poco, la actitud castrense del "nuevo parlamento". Más vale que nos dejen trabajar tranquilos la semana que viene en las extraordinarias de la Cámara alta porque de lo contrario les vamos a hacer un escándalo que va a salir en directo para todo el país y en la tapa de todos los diarios.

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