Cada vez más auterreferencial y aburrido...
Sin dudas, a medida que el kirchnerismo fue acaparando poder se fue encerrando cada vez más en sí mismo y en un discurso elaborado para su propia tropa. Esa cosa repugnante que hace el supuesto "adversario ideológico" que es el nefasto Grupo Clarín y que pasa por hacer notas autorreferenciales, donde los "periodistas" (a sueldo) entrevistan a sus jefes políticos y empresariales como si se tratara de algo normal, algo ciertamente ridículo y vacío de toda vacuidad... En la batalla del "relato", hasta hay que reconocer (tristemente) que al menos los siniestros soldados clarinetistas, de vez en cuando, llevan alguna voz disidente, al menos para putearla o para hacerle pasar un mal momento rodeados de gorilas salvajes, cosa que no se da ya ni por casualidad en los medios oficiales y paraoficiales. Allí hicieron cría desde productores, periodistas y pinches más cristinistas que Cristina. Tipos muy aburridos que trabajan para varias empresitas adictas a la pauta oficial y que tienen nada más que dos o tres testaferros. Puede ser Moneta, Szpolski, González González, Olmos, Telefónica... da los mismo, todos están cortaditos por la misma tijera densa del discurso hipócrita del campo "nacional y popular". Esta semana, José Pablo Feinmann, un tipo al que más allá de su soberbia y egocentrismo repugnante bancamos porque nos deja siempre pensando, salió a pegar al poder y tuvo que hacerlo desde el matutino de la oligarquía "nacional"... porque claro... otra posibilidad no le quedó... ¿adonde podía decir que la Presidenta y su extinto marido pertenecen a una casta de multimillonarios que tendría que reveer su discurso paradojal y permanente?. Las puertas del complejo cultural gubernamental están cerradas para este tipo de "apreciaciones". Eso pone más en duda la veracidad del "relato popular". Por suerte, el licenciado en Filosofía adhiere a los mismos logros kirchneristas a los que adherimos nosotros, y gracias al cielo, detesta las mismas contradicciones y miserias que nos regala la era de Néstor y su viuda (nuestra actual mandataria). Lo mismo ocurrió, aunque con otra lógica muy perversa, con "El Perro" Verbitsky, quien cuidando las formas del multimedios kash, prefirió salir a matar al Camaleón Scioli y su tenebroso Secretario de Seguridad, Ricardo Casal, desde un reportaje con el abominable Fontevecchia. La jefatura mediática comandada ahora por el infatigable Juan Manuel Abal Medina tendrá que aflojar las clavijas del chupaculismo, obsecuencia y conveniencias corporativas porque de lo contrario, una de estas mañanas nos desayunamos con la sorpresa de que el "ultrakaradura" Barone pedirá vacaciones o aumento desde las páginas de su adorado diario La Nación...
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