Hace no mucho tiempo, Eduardo Feinmann evocó con aire nostalgico una historia que sabemos los va a conmover. Resulta que cuando Edu trabajaba como cronista en la calle para Canal 13 y su compañero, Daniel Hadad, lo hacía para Bernardo Neustadt, en unos de esos parates entre nota y nota, decidieron dejar micrófonos y grabadores para buscar un bar en donde tomar un café. La emprendieron entonces por una avenida centrica mientras iban dialogando. De repente Hadad, con gesto sagaz, se detuvo y dijo -mirá Edu, el que pone un kiosco por acá se llena de guita- ¿Por qué?, preguntó el desprevenido Feinmann. -Y mirá, hace tres cuadras que venimos caminando y no hay ninguno. Nuestro Edu dijo quedar perplejo. Ese día, se dio cuenta del porvenir que aguardaba al Dani. Chan chan....
lunes, 17 de septiembre de 2007
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