El sólo hecho de tomar conciencia de que ya hace un año que a Julio López se lo "tragó la tierra" da escalofríos. Los números de la causa hablan de 30 mil fojas, 500 rastrillajes, y el análisis de 1 millón 200 mil llamadas telefónicas. Por el 911 se hicieron hasta agosto 1338 denuncias y se intervinieron 168 teléfonos. A pesar de todo, la nada, y en este vacío las lenguas comienzan su ejercicio congenito de inventar teorías y delirios. Se plantean hipótesis que van desde que realmente el secuestro es obra de los resabios de genocidas como Etchecolatz, que pretenden asustar a testigos en causas referentes a Derechos Humanos, hasta operaciones extrañas que desde el gobierno pretendieron desviar la atención y darle énfasis a estos delitos de Lesa Humanidad. En una revista se titulaba hace poco "López en Cuba y con plata de Montoneros". Emilio Pérsico y hasta Aníbal Fernández en el medio de la historia y asociados al caso Gerez también es otra línea que se conversa en bares y fondas, y por último, el peor de los mitos y leyendas, que ya está en boca, hasta de las amas de casa que llaman a las radios. "López aparece días antes de las elecciones, vivo o muerto, pero aparece". Es hora de asumir que, más allá de la realidad, tenemos un gran potencial para la morbosidad.
martes, 18 de septiembre de 2007
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