En nota de Horacio Vervitsky que saliera en Página 12 el domingo y que levantara muy bien el blog Delmedio (recargado) se relató lo siguiente:
El 14 de setiembre, Magdalena Ruiz Guiñazú entrevistó a Alberto Fernández acerca del intento del ex senador Eduardo Duhalde por volver a la política. Agotado en unos minutos este tema apasionante (un consultor brasileño le está preparando un spot en el que dice “El que puso dólares, recibirá dólares”), María O’Donnell preguntó si en caso de imponerse el 28 de octubre CFK habría alguna regulación acerca de la publicidad oficial. Mencionó el fallo de la Corte Suprema de Justicia que rechazó el corte de publicidad como sanción contra el diario Río Negro y el caso del Secretario de Medios del gobierno nacional, quien “reparte publicidad a una productora vinculada a su pareja o a su ex pareja, hasta más de dos millones de pesos”. Fernández replicó que no pensaba hacer la publicidad del libro de O’Donnell (cuyo título efectista Propaganda K disimula la riqueza de un material bastante más complejo) y dijo que sus afirmaciones eran aventureras y disparatadas. Cuando O’Donnell le preguntó cuáles serían sus disparates y aventuras, el ministro dijo que no quería discutir ni entrar en debate con ella y se encerró en esa negativa hasta que Magdalena lo rescató con una pregunta sobre la inflación. Antes de terminar el reportaje, Fernández se disculpó, pero aun así rehuyó cualquier análisis del tema sobre el que, por lo oído, no tiene nada que decir.
Días antes a este reportaje el mismo Jefe de gabinete dijo a una radio que "ningún medio tiene derecho a disponer de la pauta del Estado". Lo que olvida este señor es que tampoco ningún funcionario puede disponer de la cosa pública, en este caso la pauta publicitaria, a gusto y piaccere.
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