¿Por qué Cristina y Magnetto están empecinados en bajarse los cuadros mutuamente pero no en destruirse del todo?

En épocas de De La Rúa algunos colegas acuñaron una frase humorística que nació de una decisión absurda de ese mismo mandatario volador, ella sentenciaba de manera amenazante y en obvio tono de broma algo así como "Mirá que te retiro los embajadores". Esto había surgido por la decisión del viejo "Fernando" de retirar al embajador argentino de Cuba debido a expresiones adversas que Fidel Castro había hecho con respecto a las políticas económicas del delaruismo menemista. Hoy en la coyuntura marketinera de la disputa entre Clarín y el Gobierno muchos compañeros se adaptaron a las circunstancias y se suelen advertir jocosamente cuando se presta la ocasión diciendo: "No me jodas porque te bajo el cuadro (o los cuadros)". Como verán los tiempos han cambiado pero de todos modos las peleas entre factores de poder siguen siendo exactamente las mismas. La larga pelea desde el 2007 para acá entre estas dos logias hegemónicas ha sido vital para cada una de ellas. Nada las ha beneficiado más en momentos de declive que esta guerra armada y televisada para la tribuna, algo así como un segundo "Fútbol para Todos". Una batalla que obviamente tiene un correlato en materia de negocios y poder, pero que al fin y al cabo no va a terminar por eliminar a ninguna. Ese contrapoder, PJ/Clarín, parece ser el lamentable eje de "equilibrio" que mantiene a flote este barco a la deriva en una fría superficie tormentosa de menemistas. Todos sabemos que la famosa Ley de Medios llegó para quedarse después de aquella derrota del 2009 posterior a la pelea con el "Campo". La afinidad entre Néstor y "Don" Héctor llamó siempre la atención de la propia Cristina, quien objetaba de alguna manera esa extraña cercanía al Oligopolio que venía imponiendo políticas económicas, sociales y culturales desde la años '50. Lo cierto es que las circunstancias se presentaron así, y en un momento dado hubo que enfrentar al monstruo al que todos temían para sobrevivir. La etapa bélica contra el "gran diario argentino" le tocó encabezarla a CFK y fue ella, quien ya en la soledad del poder, decidió levantar armas y redoblar la apuesta. Así dejó de estar encajonada la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y pasó a ser el mascarón de proa que unifica a la tropa propia y promete perpetuar el mandato. Lo cierto es que esta norma y el famoso artículo de desinversión que tanto discute Clarín con los mejores abogados del país son menos temibles que un fallo del juez Oyarbide. El propio Sabbatella se encargó de decir que el Grupo podría repartir sus empresas entre amigos, hermanos, testaferros y hasta mascotas si quisiera. Sin embargo el Multimedios sigue la pelea ¿por qué?... porque como contó la lúcida periodista Graciela Mochkovfsky, en las esferas más altas de la empresa sienten que todavía no se ha perdido nada. La estrategia de los hijos de Ernestina falló, los recursos presentados estiran la aplicación de la norma hace más de tres años, y ahora encima la Suprema Corte, encabezada por un ambicioso abogado (ver) juega cartas negativas para con el Gobierno que lo puso donde está... ¿cómo van a entregarse así tan fácil los muchachos?. Aranda, Noble, Pagliaro y el propio Magnetto todavía no pueden creer que esos advenedizos santacruceños hayan osado enfrentarlos con un grupejo de periodistas amigos y otros que antes trabajaban para ellos. Si se entregan ahora lo que vendría sería peor, lo mismo le ocurre a la administración central pero a otra escala. La diferencia es que Clarín gobierna hace por lo menos 65 años y no está dispuesto a entregar lo que considera propio. Ellos saben que esa ley no los va a destruir ni mucho menos, porque claro, como decía genialmente la Revista Barcelona, está hecha a medida de los "Testaferros Originarios"... lo que si tienen muy claro los acólitos del Noble Imperio es que dejar aplicar ese pedorrísimo artículo 161 sería sentar el precedente de la derrota y eso si que no lo van a permitir mientras puedan. A su vez, ese encaprichamiento de Clarín beneficia al Gobierno porque le estira las credenciales de contra hegemónico, de fuerza resistente. Un concepto que sólo se puede aplicar a esta pseudoepopeya mediática, porque además deja de lado todos los verdaderos problemas estructurales de desigualdad y exclusión que tiene la Argentina y que salvo cosmética progresista siguen la tendencia menemista del, en este caso, 5 a 1. Para cerrar este posteo elegimos un fragmento de un texto de Lucas Carrasco, que no es precisamente un golpista, ni un neoliberal, ni un soldado de la causa Clarín. Allí el colega se refiere a la inutilidad práctica de este inviable 7D que no tendrá jamás implicancias sobre los marginados de siempre, esos que nunca serán siquiera "clase media baja". Los únicos que salen fortalecidos con estas batallas virtuales que van a continuar largo y tendido son las dos corpo, la que va con "C" y la que va con "K". Esto decía Lucas al respecto: "esto deriva en un asunto de riguroso pequeñoburguesismo atontado: un asunto de abogados. Devenidos en Comisarios de la Revolución Semiótica. Habría que moderar las expectativas. Lo único que está garantizado son los honorarios de los abogados. El nivel de pobreza y desigualdad social, drástica y levemente, respectivamente, mejorados por este gobierno, se mantendrá exactamente igual. Pueden cambiar las condiciones culturales en que opere la desigualdad social, eso sí. Puede cambiar, para alertar en giles, en contra del gobierno. Pues se queda sin su discurso de barricada. Su eventual culpable. Su, también, excusa. Y hay un pueblo que espera."