Es indudable que el "gobierno popular" más extraño del planeta, está embarcado en un plan de ajuste digno de las peores recetas del FMI. Las últimas subas al transporte público lo demuestran. Ese 42 por ciento de aumento en trenes y 39 % en colectivos se multiplica en el Conurbano donde los boletos salen mucho más caros históricamente, porque los ambiciosos empresarios del sector aducen que allí las calles están más rotas y los recorridos son más largos ¿qué harán entonces con los multimillonarios subsidios que bancamos todos?. No hace falta ser muy sabio para darse cuenta que estas decisiones no responden a ninguna administración nacional y mucho menos popular. Así y todo, pasan desapercibidas en medio del marketinero retorno de la Fragata Libertad, puesta en escena que prepara el kirchnerato para hacer las delicias de los fanáticos propios y para bronca de los críticos fundamentalistas, igual al pedo. Entre estos últimos ahora está Hugo Moyano, quien se acordó tarde de salir a defender los intereses de los trabajadores. Ayer el camionero asociado con otros delincuentes del gremialismo vernáculo como Venegas, Barrionuevo, Micheli, etc, salió a movilizar a un aparato sindical solitario en una marcha que la verdad, expuso su debilidad. Aunque sean ciertas y legítimas las consignas, la estrategia de estas viudas del poder llega muy tarde. Además ¿quién puede tomar en serio a tipos como los Moyano, empresarios millonarios disfrazados de trabajadores que están rodeados, como en las peores épocas de la mafia sindical, de matones gordos, patoteros y con cara de asesinos. Es más, ayer en la Plaza de Mayo había más guarda espaldas de esta muchachada nefasta que gente. Para colmo de males, entre los que brindaban apoyo en el escenario estaban Aldo Rico, Eduardo Amadeo, Ricardito Alfonsín, Eduardo Buzzi y otros impresentables más, sólo faltaban "La Piba" Bullrrich (que igual adhirió) y Cecilia Pando. Lo de la izquierda cada vez es más inentendible, ya no sólo brinda con el cómplice castrense Samuel Gelblung sino que además marcha con esta runfla ya casi inimputable. Así es como día a día se certifica más que el kirchnerismo no tiene oposición razonable alguna y por eso gobierna sólo buscando su próximo sucesor entre las filas de lo peor del PJ.
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