El fallido 7D vuelve a beneficiar a los bandos en pugna porque les estira la guerrita que los mantiene fuertes entre todo lo demás

Continúa el marketing de la batalla entre los poderosos

Hace por los menos un año que el Grupo Clarín le viene adelantando a sus empleados lo que finalmente ocurrió ayer. Nos referimos a la posibilidad de extender otra vez vía judicial la cautelar que en caso de ser puesta en práctica lo obligaría a desinvertir en lo inmediato. Esto demuestra que el Oligopolio tiene más que aceitados vínculos con la corporación judicial desde hace décadas, porque la verdad, no creemos que sean adivinos. A primera vista el fallo de ayer parece un triunfo del magnettismo sobre el kirchnerismo, sin embargo esto no es tan así. Primero porque si la plena aplicación de la Ley de Medios fuera puesta en vigencia, Clarín no dejaría de ser el holding más importante de la Argenitna, y a la inversa ocurre lo mismo, si por esas cosas del destino y la transa, Noble no tuviera que acatar nunca el bendito Artículo 161, tampoco estaría en condiciones de cargarse al gobierno de CFK por el simple hecho de mantener su hegemonía. Esto que decimos no es un dato menor, porque demuestra que esta batalla de divorcio tiene como último objetivo poner en práctica los viejos conceptos del genio florentino, Nicolo Maquiavelo, quien aseguraba, palabras más palabras menos, que si un estado-nación o un poder establecido estaba en declive debía tener o crear, si no existiera, un enemigo externo que consiguiera unificar a la tropa propia  contra esa amenaza. Clarín en los últimos años, y a pesar de su enorme poder, ya no estaba solo en el candelero mediático y empresarial, muchos holding más chicos salieron a disputarle parte de ese poderío. Allí aparecieron generados por el menemismo Vila-Manzano-De Narvaéz, Moneta, Telefé, Pierri, Hadad, etc. En ese conjuro de competencias lo mejor que le podía pasar al "gran diario" era que le surgiera un retador que lo posicionara en el lugar que hoy está, el que lo hace ser percibido por un importante sector de la sociedad como el único garante de la "libertad de expresión y de la prensa" contra la dictadura K. Así con esa victimización no sólo logró recuperar apoyos en materia de rating, venta de diarios y posicionamiento de sus productos y "figuras", sino que además consiguió que sus soldados, en la mayoría de los casos mal pagos, ninguneados, rehenes de un sistemas de premios y castigos perverso, y otras miserias más, se pusiera la camiseta hasta la carne, y saliera como ayer a tirar globos junto a Pablo Codevilla en la puerta de Canal 13/TN, para defender los negocios de su patrón. Clarín también generó una estirpe de muchachos que trabaja extra para Magnetto defendiendo sus intereses vía Twiter, Facebook, etc. Siempre tratamos de no dar nombres de ex colegas de la calle, pero la verdad es que estos tipos ya no son compañeros nuestros ni de nadie, sólo de sus jefes, y menos después de las actitudes nefastas que han tenido con sus propios colegas cuando el Grupo los dejó sin trabajo. Nos  referimos a gente como Florencia Etcheves, Masachessi, Lobo, Maciel, etc, quienes son capaces de estar en el baño de sus casas y cortar lo que están haciendo para twitear cualquier data en contra del gobierno, que según el evangelio magnettista, les va a hacer perder el prestigio que se les ha otorgado estando en cámara, en sus radios, en sus revistas, en sus diarios, en sus mierdas va. Por el otro lado el fenómeno es similar, el kirchnerismo después del primer gobierno de Néstor empezó a sufrir el desgaste clásico del poder y en su segunda versión cristinista, y después de la crisis con el campo, tuvo que encontrar un adversario que uniera lanzas al interior de la fuerza. Allí surgió La Cámpora y las cientos de agrupaciones sociales del verdadero campo nacional y popular que se unieron a la alianza gobernante. Esa batalla tuvo su costo, la derrota contra De Nárvaéz, pero de allí en más, hábilmente Kirchner declaró enemigo público número uno de su política al "Partido Clarín", anulando así a toda la inepta oposición de partidos liberales. En medio de la crisis internacional e interna que sufre la administración central la batalla del "7D" vuelve a servir para tener entretenida a la clase media que además de consumir Fútbol para Todos se la pasa debatiendo los detalles de esta pelea efímera. Ese enemigo golpista, destituyente y perverso que antes fue socio hoy es lo que mantiene viva la llama militante de la épica que no es ni será. Básicamente Magnetto les hace creer a sus soldados que esta es la madre de todas las batallas y que le deben fidelidad total para seguir siendo quienes son, lo mismo hace la Presidenta, quien ayer aseguró a los suyos, para mantenerlos fieles y alertas, que el fallo adverso va a intensificar la avanzada contra el magnettismo, así podrán seguir siendo militantes de esta revolución que nunca fue nunca. Como verán, la disputa mantiene vivo a ambas logias y es un pasatiempo con folclore futbolero para el resto de la sociedad media que sigue gastando lo que no puede ahorrar en viajes, shopings, autos, casas y lo que venga. Mientras tanto espera el desenlace de una guerra que no tiene mayor importancia porque no va a cambiar la estructura desigual que tiene a nuestra sociedad sumida en la pobreza de la mayoría de los argentinos, esos que no tienen idea, porque tienen problemas verdaderos para subsistir, de qué va esta trifulca. Para ser claros la guita se la siguen llevando los de siempre y los platos rotos los pagamos siempre los mismos. Esta absurda contienda no va a beneficiar a nadie, sólo a quienes se queden con el paquete más grande del manejo político y económico del país en los próximos diez años. En breve síntesis, no asistimos a nada nuevo, esto lamentablemente, con diferentes actores y matices, es lo que viene ocurriendo hace más de 50 años en nuestro país.