Por fin se termina la sanata del 7D, el reality de los poderosos

He aquí los generales varias veces millonarios que bregan por nuestra "libertad de expresión" y "dignidad social"

Va llegando la hora de concluir la batalla verbal, judicial, "cultural", económica y política entre los dos bandos que se disputan poder en la Argentina. Nos referimos al partido Clarín y al partido kirchnerista, dos facciones hegemónicas que no quieren dar tregua a la avanzada que va a terminar por no perjudicar a ninguno de los protagonistas pero si va a ordenar un poco las cosas, al menos por los próximos diez años. Queda claro que los muchachos de Magnetto seguirán teniendo su poderío, quizás más fragmentado, y el cristinismo, con o sin Cristina al frente, continuará instalado como una fuerza férreamente vinculada al Estado, sea a través de Scioli, si negocian, de Julián Domínguez o de cualquier otro delfín. Esta guerrita armada como un espectáculo televisivo, fue un gran entretenimiento para las clases medias que son al fin y al cabo las que reciben el "derrame" que los poderosos dejan caer en el fragor del rapiñeo constante. Para las clases bajas como siempre, antes Cajas PAN, hoy planes y subsidios para que no jodan en las calles. Acá no hay que olvidarse que el generalato de cada una de estas facciones está compuesto por multimillonarios que tienen como primer arma el uso de la demagogia. Ni el magnettismo es la libertad de expresión y de prensa, ni el cristinato es el gobierno nacional y popular que dice ser. Con sólo ver que después de casi diez años de mandato y creciendo a tasas chinas los ricos y los poderosos siguen siendo exactamente los mismos no hay mucho análisis que hacer. Haber mejorado la pobreza de algunos no es ninguna gesta heroica, y que Clarín resista a sus ex socios tampoco merece ningún reconocimiento. La diferencia entre estas logias es que el kirchnerismo es una máquina de argumentación permanente, cosa que el clarinismo ha perdido por los soldados con los que ha elegido combatir, bastante ineptos, por cierto. Si hay pobres es porque todavía no se pudo llegar hasta ellos, primero hay que ganar la batalla cultural desde Puerto Madero, dicen los operadores mediáticos kash, mientras tanto funcionarios, empresarios, banqueros, y ellos mismos, la juntan con palas, que extraña estrategia popular ¿no?. Si a metros de la Casa de Gobierno y la municipalidad porteña todavía hay pibes cagados de hambre revolviendo la basura, familias durmiendo en la calle y trashumantes sin destino, es sólo porque todavía no se profundizó el modelo, nada más, no se preocupen, ya se va a profundizar, quizás en el 3002. Si el desfachatado de Macri no puede garantizar el transporte, una ciudad limpia, salud, educación, etc, también es porque el "modelo" que lo elige como "adversario" no le da la platita para hacerlo, no es nada grave, tranqui. Ni hablemos de la miseria estructural que sigue habiendo en las provincias pobres donde el feudalismo y el choreo están a la orden del día. Ahí también el kirchnerato tiene justificativos válidos: "sin los gobernadores no se puede mantener la gobernabilidad"... parece que sin los "Gordos" menemistas tampoco ¿que loco no?. En medio de este duelo de titanes están las viudas de la guerra que han quedado a la deriva y hundiéndose cada vez más en el lodo de la volatilidad, ahí están desde Moyano y sus acólitos, Silvia Vázquez, hasta Alberto Fernández. Personajes a los que se les negó seguir participando de la fiesta menemista pero con Derechos Humanos. Cuando pasen los años y esta sanata del 7D figure en los libros de historia, nuestros nietos se enterarán como nosotros, los periodistas colaboramos con esta mentira. Como dedicamos horas y horas de exposición en los medios de un clan o del otro para defender causas que nada tenían que ver con nosotros ni con los intereses verdaderos del pueblo en el que nacimos. Si quien escriba esa historia es verdaderamente objetivo, o al menos un poco, tendrá que decir que vendimos nuestra alma por treinta monedas a cambio de sentarnos en las mesas de los que deciden, llamese Noble o CFK, nada más que por la ambición de pertenecer a algo que nos de prestigio, reconocimiento y dinero, nunca porque quisimos pelear por algo loable, significativo y digno para todos (y todas)... eso nos va a dar mucha vergüenza pero quizás sea el detonante para que nuestros colegas del futuro no caigan tan bajo.