lunes, 26 de marzo de 2012

Morbo, show mediático y el periodismo que no es...

Lamentablemente en las últimas décadas nos han impuesto un criterio de "periodismo" que no tiene nada que ver con nuestra función real ante la sociedad, y tampoco con la finalidad última de la profesión y la manera de ejercerla. Algunos papanatas desdibujaron la labor y nos cambiaron el valor y la importancia de la noticia que va dirigida a mejorar, mediante la investigación, la denuncia o el análisis, el desarrollo de la vida a nivel social, institucional, económico y político, por el ficticio criterio de "la primicia" o la "exclusividad", donde no importa de que se trate ni de donde provenga. Además, estas falsas categorías han sido fundadas en terrenos que nada tienen que ver con lo que verdaderamente importa al denominador común de la ciudadanía. Una serie indiscriminada de delitos, que pueden ir desde el asesinato, el robo, o la corrupción privada, pueden tener relevancia periodística si van dirigidas a encontrar las causas y darle un cause judicial que las corrija, pero no para quedarse en el anecdotario, la morbosidad de los hechos y de la imagenes. En este marco, la declaración tomada por un colega a la mujer que asesinó a su hijo en un country es decididamente irrelevante, invasiva, impertinente y forma parte de ese show mediático basado en tener una primicia o una exclusividad, sin importar la forma, el método o a quien se está perjudicando. Esa es finalidad exclusiva de la Justicia. El rubro policial en el "formato" que hoy conocemos y como lo presentan los medios comenzó a posicionarse cuando a partir de los '90 la desintegración del tejido social empezó a dar este tipo de síntomas: robos, secuestros, asesinatos, dramas familiares, pasionales, etc. En esta última instancia se ubica el hecho con el que todos los canales, radios, diarios y revistas del país se están haciendo un festín digno de Alfred Hitchcock. Allí una impresionante caterva de analistas, conductores, columnistas, psicólogos y psiquiatras de cabotaje, opinadores seriales, "filósofos", y toda clase de legos intentan dar una explicación a esta tragedia de neto corte privado e imposible de resolver en un burdo show televisivo. En medio de ese delirio impresentable, es que un colega movilero de Telefé, a quien de todos modos no juzgamos ni cuestionamos, sale con un torpedo en el orto a correr el auto donde va una persona detenida, que hace horas cometió el peor de los crímenes que un ser humano pueda cometer, que está sufriendo algún tipo de desequilibrio que no nos corresponde a nosotros estimar, que se mantiene en estado de shock y bajo todo tipo de presiones y limitaciones personales y del entorno. Claro, el tipo la corre en una situación absurda porque quiere obtener un testimonio para su jefe y la empresa para la que trabaja, que son en definitiva quienes le piden esa bosta. Si consigue algo fuera del libreto, como finalmente ocurrió, será premiado, reconocido, alabado por sus colegas y amigos, y sentirá por unas semanas que tocó el cielo con las manos por esa triste situación que involucra a un menor muerto, a una familia destruida, compañeritos, amigos, conocidos, etc, y que nada tiene que ver con hacer periodismo. Eso es "periodismo" sólo para Samuel Gelblung, Mauro Viale, Hadad, Carlos D' Elía, Romay y el Conde Drácula, nada más. Como dijo el panelista de Duro de Domar, Mariano Hamilton, un testimonio que justifique una guardia periodística y tenga validez informativa digna de felicitación tendría que ver con lograr una imagen exclusiva de la salida de los vuelos de la muerte que acometía la Armada, o como dijimos nosotros, lograr que algún represor diga donde están los cuatrocientos, o aunque sea uno, de los hijos apropiados por la dictadura en los años '70, entre otros miles de ejemplos más. Una cosa es que un asesino serial o violador ande suelto y ponga en peligro la integridad física y psíquica de los ciudadanos, tipo Robledo Puch, y otra muy diferente es este tipo de infortunio de, repetimos índole privado, que ha sido violado por los policías que entregaron las fotografías de la escena del crimen, primero a sus acólitos de C5N y luego al resto de los medios, por fiscales a los que les gusta la cámara y que sus amigos y familiares le digan: te vi, te vi!!, por sanateros morbosos al estilo de Kablan y Szeta, y por un soldado del último eslabón de la cadena del medio que sueña con ascender a través de estas barbaridades. Ojo! eso le enseñaron: que para llegar hay que hacer esas mierdas, no es su culpa suya, lo reiteramos. Lo mismo ocurrió con el Gaucho Fernández en el caso Candela, en donde el hombre tuvo el tupé de enfrentar a la madre de la víctima, otra víctima también, y dar a entender que sabía algo o estaba implicada de alguna manera en el asesinato de su propia hija... una verdadera cagada.... así y todo, el cronista fue premiado por eso, y hoy es el Kablan de América TV... que lamentable forma de conseguir un ascenso... ¿no?... esto va encaminado dentro de la "lógica" de la publicación por parte del diario Crónica de los hermanitos Olmos, de las fotos del cuerpo de la pobre Jazmín de Grazia, o las del querido Flaco Spinetta por parte de Fontevecchia en su nauseabunda Caras. Esto, reiteramos, para nosotros no es periodismo ni nada que se le parezca.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

En una entrevista corta, para la revista Rumbos (La voz del interior), Guillermo Andino se golpeaba el pecho diciendo lo preparado y "listo para la acción" que estaba como periodista. Un profesional 24 hs. por dia.

Ejemplo de esto fue la anécdota que lleva siempre una cámara digital, lista para usar, en el auto. Y que, camino al trabajo, pasa siempre por el aeropuerto. Siempre pone atención a los aviones. Y llegado el caso se caiga uno o choque y se mate mucha gente, él sera el primero con la primicia. (lease: el primero en fotografiar "la carne")

Eso pinta de cuerpo entero al buitrerio.

Pornoperiodismo!!

Nacho.

Anónimo dijo...

Notero, ¿vos podés tirar la primera piedra?

NOTERODEAPIE dijo...

Pudiera o no pudiera, mal de muchos, consuelo de tontos...

Anónimo dijo...

No, no,no, acá no se trata de refranes, sino de tener el culo limpio.