
Sin preocupaciones, el
Magnetto de
Cristina,
Sergio Szpolski, avanza imperturbable en la misión de conformar un holding oficialista de dimensiones inéditas. Esta semana se supo que junto a su socio
Matías Garfunkel, otro patriota, el ex rabino negocia con el explotador
Luis Cetrá, el ingreso en la histórica emisora que sale por el
630 de
Amplitud Modulada. En verdad
Luizardo lo que hace es poner la cara por su jefe, el
Monje Coti, quien parece no tener problemas en asociarse con el capital cristinista, una cosa son las ideas partidarias y otra los negocios ¿no?. La emisora viene gozando de
importantes niveles de pauta estatal y esta negociación sería la frutilla del postre para sumar un medio más a la cadena paraoficial que además, en estos últimos meses incorporó al nuevo diario
El Gráfico y la
Revista Forbes ¿que tul??... sólo falta que vuelvan a editar
TV Guía y estamos todos. La operatoria de los muchachos del gobierno "nacional y popular" viene además con la imagen del salvamento laboral.
Cetrá hace décadas que viene cagando mal! a sus empleados; paga los sueldos cuando quiere, no abona horas extras, vacaciones, aguinaldos, un desastre va!!!... encima les regaló a
Mauro!... Esta opereta, que el propio
Szpolski se encarga de hacer circular puso una sonrisa en el rostro de los colegas que trabajan allí. Creen que el
Grupo Veintitrés los va a poner al día y los va a respetar más, claro! al lado de
Luisito hasta
Hadad parece bueno y simpático. No olviden que a fuerza de presión es que
S.S. responde a los reclamos de los laburantes. En
CN23 hay un permanente estado de conflicto para defender los derechos de los
Trabajadores de Prensa, lo mismo ocurre en la mayoría de los medios que el testaferro kash dirige. Al hombre no le gusta pagar viáticos, no le gusta respetar horarios, y le hace creer a más de uno que laburar para varias de sus empresas a la vez y por "módicas sumas", es lo más beneficioso para sus carreras profesionales... que chanta!!. De todos modos veremos si la transacción va dirigida a quedarse con una parte del paquete de
Rivadavia o el total. A su vez, tenemos que tener en cuenta que quizás todo sea solamente el intento de
Szpolski-Garfunkel por meter presión para que los dueños de medios como este negocien legalmente la aproximación a las empresas a cargo del gobierno; hay mucha platita para repartir en los próximos cuatro años y nadie querrá quedarse afuera, analizan. Hace dos meses la misma versión circuló con respecto a
radio El Mundo, que por el momento ha dejado de lado su perfil netamente opositor a la espera de algún hueso que llegue de la
Secretaría de Medios, o alguna ofertita interesante.
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