No cabe duda, el entramado mediático que ideó Néstor Kirchner dio sus frutos y con creces. El Grupo Clarín quedó arrinconado con una serie de medios satélites de menor intensidad que siguen su pobre línea editorial opositora. Una política comunicacional basada en denuncias que duran una semana en la tapa de los diarios, en los noticieros televisivos y radiales, en la revistas y después desaparecen como si nada. Ahora es el tiempo en que la Jefa de Estado deberá apretar las clavijas a los más cristinistas que ella misma. Esos que no permiten voces disidentes en la Televisión Pública y en la red de empresas periodísticas dirigidas por testaferros como Sergio Szpolski, Raúl Moneta, Gerardo Ferreyra, y otros "fanáticos" más. No es que tengamos ganas de escuchar a Carrió, Bullrich, Duhalde, De Narváez, o a otros personajes siniestros, sino que se le de un lugar a la línea de partidos progresistas que han tenido apoyo en las urnas. Nos referimos claramente al Frente Amplio Progresista, al Frente de Izquierda y por qué no, al Movimiento Proyecto Sur. Esos son los sectores que deben criticar constructivamente a esta administración y no los denunciadores profesionales de la derecha que no proponen, ni hacen nada. Llegó la hora de que los medios en manos del kirchnerismo abran el juego, porque si los debates se van a dar únicamente en el canal de Vila y Manzano (América), de Hadad (C5N) y en los de Noble/Magnetto (Canal 13/TN), muchos podrían pensar que estos energúmenos son más democráticos que la Presidenta... Ojo!!
lunes, 24 de octubre de 2011
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