No tiene que haber divisiones para enfrentar al nefasto Grupo Clarín

Antes que nada aclaramos que nadie está en contra de las fuentes de trabajo que genera el Multimedios que tiene 66 años desde que lo iniciara Roberto Noble, un facho consumado que supo armar una redacción tan variopinta que tuvo hasta a Osvaldo Bayer entre sus filas. En realidad operamos contra la inescrupulosidad con que esa empresa se viene manejando hace décadas. Tiempo en el que se transformó en un pulpo comunicacional que pretende hacernos vivir en una mátrix decadente que les permita seguir creciendo como un monstruo indestructible. La pelea que le planteó Néstor Kirchner al Grupo fue obviamente una cuestión de intereses mezquinos, no la revolución liberadora del yugo clarinista, eso igual ya no nos importa, lo esencial es que este aparato comecocos detenga su invariable impronta controladora, que sea un veradadero medio de comunicación y no una máquina de defender sólo su propia facturación. En estos días muchos enemigos de Magnetto y acólitos, entre los que nos contamos, en vez de demostrar unidad ante el enemigo real empezaron a jugar a favor del monopolio ¿por qué?... y muchachos!, como nos vamos a poner a criticar a Siri por la perversa cámara oculta que carneros como Sergio Lapegüe mostraban al aire con un hilo de baba en la boca. Nosotros estamos de acuerdo con que tienen que ser incorporados todos los despedidos, incluyendo a Pablo Viñas de La Naranja que quedó en el medio de las negociaciones, ¿pero saben qué?... los trapitos sucios dejemoslos para los debates internos. A Don Héctor no hay que darle un ápice de ventaja por que te corta la cabeza.