El korralón verde, la presión impositiva, la re-re, la inseguridad y la soberbia cristinista movilizó a gran parte de la burguesía

Está claro que en la marcha organizada ayer vía redes sociales no hubo ningún pobre. Eso igual no desmerece el gran número de personas que se expresaron en la Ciudad de Bs. As. y en varias provincias del interior. Nada tuvo que ver esto con el 2001, salvo algunas cacerolas y la coyuntura política que no presenta alternativas de oposición confiables. Los pedidos esta vez no giraron en torno al corralito bancario impuesto por Cavallo a las clases medias, ni a la falta de trabajo y estado de miseria de los sectores más desposeídos. Los reclamos esta vez fueron dirigidos a la imposibilidad de adquirir moneda norteamericana, las complicaciones para viajar al exterior, la presión fiscal, la inseguridad, la loca idea de algunos delirantes que pretenden modificar la Constitución para lograr un tercer mandato de Cristina (y un cuarto del kirchnerato), y por último, la desenfadada soberbia y verticalismo reinantes en el poder central. Algo que irrita a propios (aunque no lo digan) y a extraños. En medio del desbande financiero, las medidas tomadas por el Gobierno para controlar un poco la cosa, resultaron un avasallamiento a las libertades de las clases medias derechizadas y asustadas de los grandes centros urbanos. Nos referimos a la minoría histórica que tiene poder de ahorro, de consumo, y la posibilidad de moverse dentro y fuera del país. Esa franja está indignada con las decisiones gubernamentales y también está crispada porque detesta la arrogancia de una administración que la cataloga cada vez que puede de gorila y cipaya... sólo por querer hacer lo que ellos mismos hicieron siempre: ahorrar en dólares, invertir en ladrillos o tierras, viajar, y por supuesto, evadir impuestos a como de lugar... Todos sabemos que los pingüinos nunca fueron revolucionarios y que los burgueses porteños, cordobeses, y de otras capitales, se cagaron siempre en las instituciones y en la democracia. Las mentiras y sobreactuaciones son cruzadas y está claro que aquí no hay ni buenos ni malos. Hace diez meses, muchos de los que estuvieron en la Plaza votaron a CFK porque les garantizaba seguir bancando sus shopineadas y giras por el exterior a costa de continuar con las políticas de asistencialismo para los sectores más bajos sin generar nunca trabajo genuino... la idea siempre fue tenerlos lejos, en sus barriadas del conurbano para que no vengan a romper las pelotas al centro y a meter las patas en la fuente. Estos mismos pragmáticos de la C.A.B.A. votaron a Macri para tener a un rubio empresario como Alcalde que además nunca se junta con peronchos... claro!... cuando no, los ríoplatenses haciendo gala de esa xenofóbia arqueológica que traemos los descendientes de europeos blancos en nuestro país, quienes siempre tendemos al fachismo y al cipayismo en todas sus formas. Lo mismo quedó reflejado en los medios opositores y paraestatales... mientras el talibán magnettista Mario Masachessi leía contento los carteles más retrogrados y reaccionarios de la concentración, Szpolski y su niño mimado, Rodo Herrera, mandaban un cronista al medio de la Plaza, con el cubo de CN23 en la mano, para ver si conseguían que la turba antiK le rompiera la cabeza... miren que hay que ser hijos de puta eh!!!... por suerte nuestro colega salió ileso mientras un zócalo espantoso, seguramente ideado por el genio creativo de Matías Garfunkel, rezaba: "Marcha de la oposición a Plaza de Mayo". Como verán, este entuerto de intereses mezquinos tiene mercenarios, reaccionarios, fachos, pendencieros y delatores de ambos lados. ¿Qué tienen de diferente con sus mentiras e hipocresías Nelson Castro y Roberto Navarro?, ¿Barone y Bonelli?, ¿Sandra Russo y María Laura Santillán?, ¿Rodriguez Larreta y Abal Medina?... saben qué?... casi nada... eso demuestra que los argentinos tenemos un Mauricio y una Cristina bien adentro y acudimos a ellos según la ocasión, por eso proponemos que dejemos de llamarnos Argentina y pasemos a ser La República de Pragmania, donde el que no vuela te la manda!