jueves, 27 de septiembre de 2012

Cristina mintió sobre los periodistas pero los "indignados" acreditados en Gobierno son impresentables

Es cierto que para zafar ante la pregunta de uno de los estudiandes de Georgetown sobre su relación con la prensa CFK improvisó una respuesta que hubiera sido mejor no dar. Ella, ni sus funcionarios tienen contacto con los periodistas, salvo en raras ocasiones donde se responde lo que se quiere y se dice "gracias" cuando alguno sale con las preguntas lógicas del momento. En ese aspecto el kirchnerismo ha sido tajante y se ha llamado al silencio siempre que pudo. Lo que nos repugna es lo que ocurre en Casa de Gobierno, que es harina de otro costal. Allí los periodistas acreditados vienen cediendo espacios hace años y haciendo cagadas cada vez que pueden. Muchas veces parecen más viejas indignadas que representantes de la prensa oral, escrita y televisada. Ayer la Jefa de Estado tuvo letra engañosa gracias a las reacciones estúpidas de un veterano "colega" que trabaja sólo de ser opositor y no de periodista ¿se acuerdan de su errada reacción ante Randazzo?... si, nos referimos a este militante del saguierismo, una de esas "estrellas" individualistas que ocupan la sala de prensa de Casa de Gobierno y que se caga en sus compañeros. Allá por junio del 2011 la muchachada que desarrolla su actividad en Balcarce 50 envió una atinada carta a la Presidenta para quejarse por todos los impedimentos puestos por su administración para desarrollar la actividad en el Palacio, todas cosas reales que la verdad no tienen justificativo, sin embargo después, este mismo grupo empezó a permitir cosas descabelladas como por ejemplo el traslado del lugar de trabajo a un sitio totalmente incoherente dentro del histórico edificio (lean esto). Con poco tacto los colegas movían la cola felices diciendo que el lugar era mejor, una locura!!... los habían mandado del centro de la Rosada a freír churros al tercer piso donde no pasa ni el portero. Pocos se resistieron y entre eso y el ataque de furia de Obarrio que dejó pegado a todos la cosa terminó con el "Turco" Gustavo Abu Arab fuera del Círculo de Periodistas y por suerte, gracias a su predica, con la vuelta al primer piso (recuerden el incidente acá). Después vinieron bochornosos episodios que merecen el olvido, como el supuesto encierro de los cronistas en la propia sala para que no se cruzaran con la Mandataria, algo que en realidad viene pasando hace cinco años, y más también, por no haber abierto la boca nunca. El ansia de estar cerca del poder, pero al pedo, liquidó nuestra labor en los espacios de verdadera llegada a la información. Cuando la titular del Ejecutivo hace alguna aparición real frente a la prensa acreditada ninguno se anima a decirle nada, esa es la verdad, sólo sonríen obnubilados por la visión farandulera que tienen de nuestro tarea (vean la foto), algo que no sirve absolutamente para nada. Ahora estos mismos "compañeros" emiten cartas desde Washington desmintiendo a Cristina como si eso fuera a solucionar algo... ya es tarde amigos!, ahora a seguirla mamando.   

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