lunes, 7 de noviembre de 2011

Los medios adictos protegen a sus amos en la seguidilla de tragedias que terminan con nuestras vidas

Sin duda en la Ciudad de Buenos Aires muchas cosas andan malísimamente mal. En esta urbe uno puede morir de cualquier cosa. Si no se te cae un edificio encima, te parte la cabeza un cartel que se desprende de algún negocio, te caes en un pozo electrificado e inundado de agua, palmás en el medio de un boliche festejando un cumpleaños porque se derrumba el "VIP", te atropella un motoquero que viene esquivando autos como loco o un delirante que pasa la luz en rojo sin control de transito alguno, te revientan los escombros del gimnasio donde vas porque construyen ilegalmente un edificio que derriba todo lo que hay a su alrededor, pasás a tocar el arpa mientras te vas a trabajar en tren o en subte porque nadie controla una barrera y porque nos mienten con un soterramiento de fantasía, etc, etc. Es decir, la desidia es generalizada. Muchas de estas tragedias tienen que ver con las responsabilidades del gobierno macrista y también del kirchnerista. Mauricio, mientras intenta conformar su propio multimedios, pone platita en la mayoría de los medios del Grupo Cabildo para acallar las críticas. Lo del kirchnerato ya lo conocemos muy bien, testaferros que junto a la cadena oficial mediática ya armaron el mayor holding en la historia de la democracia. Un oligopolio de empresas estatales y paraestatales que trabajan día y noche a favor de las políticas gubernamentales, el famoso modelo reformista que inició Néstor allá por 2003, "modelo" que claro!! al lado de las propuestas de la oposición, es la revolución del proletariado. Por su lado las emisoras y diarios magnettistas protegen descaradamente a Macri en cada uno de los desastres que terminan con muertes, mutilados y heridos e intentan dejar pegado sólo a la administración de CFK. Lo mismo ocurre a la inversa en los medios szpolkianos, monetarios (por Moneta), Ferreyrianos (Electroigeniería), gonzalistas (Canal 9), pierristas (Canal 26 y Telecentro) y los de Telefónica (Telefé) o los de los nuevos neokirchnerista Vila-Manzano (ahora el segundo Grupo de medios de la Argentina, que tul?). Las coberturas corporativas para un lado o para el otro dan asco y nosotros jugamos un papel preponderante en medio de toda esta bazofia. Tendríamos que ver y analizar, como comunicadores que somos, si podemos lograr una cuota de objetividad y dejar en claro más allá de la empresa para la que trabajamos que el problema estructural de corrupción, abandono, desinversión y saqueo del Estado no deriva de estos gobiernos y tiene que ver con una matriz perversa que guía el individualismo y el sálvese quien pueda argentino, elemento desarticulador que las administraciones actuales fomentan a través de estas mentiras de las que nosotros, inevitablemente, somos cómplices.

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