jueves, 17 de noviembre de 2011

Al multimedios kirchnerista le cuesta dar batalla contra los medios opositores que salen a desestabilizar al gobierno con cadáveres neoliberales

Es cierto que el kirchnerismo, es al fin y al cabo, un desprendimiento reformista del menemato que mutó simbólicamente al progresismo. Mal que nos pese, Cristina y Néstor fueron participes necesarios de la entrega de YPF, transformándonos así en el único país latinoamericano que rifó y continúa entregando sus recursos naturales a grupos extranjeros. La continuidad de esta nefasta política está clara hoy en la complicidad de la administración gubernamental con la Barrick Gold y sus criminales explotaciones de minas de oro a cielo abierto y con cianuro. Fuera de esas contradicciones, el poder K avanzó con temas que fueron centrales para la construcción de un poder que hace semanas se llevó el 54 por ciento de los votos. Hablamos de la política de Derechos Humanos, de desendeudamiento (aunque es discutible la legitimidad de gran parte de esa deuda), la regulación estatal en materia del poder de los grupos concentrados que administraron siempre precios e inflación, la aprobación de leyes fundamentales, etc, etc. Luego de este proceso, del otro lado del ring fueron quedando los resentidos y heridos representantes de la derrota. Hablamos principalmente del siniestro Grupo Clarín y su colegiado y perdedor armado político, denominado la "oposición". Lo único que hoy le queda a este sector improductivo de la Argentina para defender sus privilegios es una importante red de medios poderosos que sigue manteniendo su hegemonía sobre el inteligente armado mediático que Kirchner comenzó a digitar al final de su mandato. Dentro de esa estructura, Néstor negoció con tipos que hoy agarran la guita por izquierda y operan a la Presi por derecha. Ejemplo claro: Daniel Maldad. Desde su perverso grupete, el hombre ejecuta miserables conspiraciones en cómodas cuotas. Longobardi, Feinmann y Rozín, entrevistan de manera muy amena y llamándolos por sus nombres de pila, a personajes despreciables como López Murphy, Prat Gay y Melconian. El primero, Ministro de Economía de De la Rúa que fue echado a patadas en el culo unos días después de intentar ejecutar el recorte presupuestario a la educación más escandaloso de la historia contemporánea. El segundo, el Chicago Boys candidato a suceder a Boudou en caso de que la pitonisa chaqueña de Barrio Norte, Elisa Carrió, se impusiera como jefa de Estado. El tercero, análogo de "Alfonso" para suceder a Lavagna si Patillas se imponía en el 2003. Además del "infiltrado" Hadad en las filas kash, la red de medios paraestatal no da a vasto para emprenderla contra Canal 13/TN y sus eternos invitados: los menemistas Cachanosky, González Fraga, De Narváez, Amadeo, Ferrari, Camaño, Barrionuevo, Sanz, Morales, Carrió, etc. Otro tanto se manda el Gato Silvestre desde el canal de Vila-Manzano, que a pesar de haber arreglado con el gobierno hacen el mismo juego que el Magnate de Floresta. Pierri, otro ex patillista confeso, juega a ser kirchnerista cenando con Mariotto y Abal Medina pero hace su trabajito de desgaste desde la pantalla de su Canal 26 con los inefables gorilas de Mariano Grondona, Clara Mariño, Roberto García y los menemistas de Ambito Financiero: Willy Kohan, Guillermo Laborda y otros tantos neoliberales más. La consigna de esta cofradía golpista que nombramos es bajar a CFK lo antes posible, los muchachos quieren otro 2001 para volver a tener "políticas racionales de sustentabilidad", es decir que volvamos a matarnos entre nosotros cagados de hambre. La verdad es que con el poder que ha tejido Néstor estos ocho años la cosa no se les va a hacer tan fácil. De todos modos, quedó demostrado estos días que Szpolski-Moneta-Ferreyra-González-Telefónica, los canales, radios y diarios oficialistas, más los "aliados" culposos y traidores, no pudieron frenar la escalada de prensa del dólar, Aerolíneas y los subsidios motorizada por la logia del Grupo Cabildo.

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