Por suerte los colegas de CN23 no arrugaron ni un poco ante los abusos, amenazas, persecusiones y malos tratos del monopólico empresario de medios kirchnerista, Sergio Szpolski (émulo total del perverso Don Héctor). Cuando quiso bajar los sueldos de los camarógrafos se le plantaron sin ningún miedo, cuando pretendió echar a uno de ellos lo quemaron donde pudieron, a pesar de la censura. Ahora los compañeros redoblaron la apuesta y como corresponde, eligieron autoridades gremiales dentro de la empresa. El ex rabino quiso boicotear la movida de todas las maneras posibles pero no lo consiguió. Hace pocas horas y frente a una importante lucha los camarógrafos lograron que se les respetaran sus acuerdos salariales y volvieron a trabajar normalmente. En razón de esto, Szpolski intenta imponer un clima de terror dentro del canal para que la tropa se le subordine por miedo a quedar en la calle. Los pibes ya le dieron a entender que no tienen miedo y van a seguir avanzando. Todavía el "dueño" del Grupo 23 sigue mandando monos para controlar a los cronistas y cámaras en las calles, quiere saber que hablan, que dicen, que hacen, que piensan. Los ladris de la Gestapo szpolskiana son un rejunte de lameortos del soberbio socio kash que lo único que saben hacer es hablar bien de su impresentable "jefe". Los chicos que están adentro son víctimas de las represalias de la dupla Szpolski-Garfunkel, cada uno tiene que estar en su puesto de trabajo todas las horas que correspondan a su horario sin poder moverse a veces ni siquiera para mear en los horripilantes baños de los estudios que otro tipo siniestro, Martín Kweller, le alquila a S.S.. Así están las cosas muchachos, los más grandes tenemos que tomar el ejemplo de estos pibes nuevos en un flamante medio de comunicación y que se juegan todo para ser respetados ¿cuántos de nosotros estamos en malas condiciones laborales desde hace décadas y seguimos agachando la cabeza por cagones?.
viernes, 13 de mayo de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario