Juan Cabandié, egocentrismo y fantasias

Por un rato salgamos de la lógica estúpida de que si uno critica a un pibe que nació en la ESMA en épocas de los malditos milícos, pasa automáticamente a ser un facho de la web o un fachista pro Massera. En este blog, aclaro, si hay algo que detestamos es a los Videla, los Menéndez y acólitos varios.

Lo que pasa es que la tragedia histórica en la vida de Cabandié no justifica sus actitudes frívolas y egocéntricas, y menos sabiendo que se trata de un legislador de la Nación. Este Notero se enteró a través de varios colegas de prensa de la legislatura porteña de los sucesivos desplantes que el joven amigo de Máximo kirchner les hizo padecer. Uno de ellos expresó: "no sabés la soberbia que tiene este pendejo, está creído que es Lisandro de la Torre el pelotudo!". La bronca parte de la no predisposición del muchacho a darles información, notas o reportajes. Además denuncian que los trata, al mejor estilo Kunkel, con cierta sorna insolente y sobradora.

Hace unas semanas diputados más experimentados le contaron de la bronca que había con él en la Sala de Prensa del palacio legislativo. Paternalmente le advirtieron que si pretendía avanzar en esto de la política tenía que bajar los decibeles con los cronistas acreditados allí. Así fue que unos días después se acercó a hablar y accedió a todos los pedidos de los colegas sin titubear y con toda la "humildad".

Una semana antes de la info que les paso, salió publicada una nota en Perfil, donde hacía proselitismo por el hijo de su "guía" (Néstor), que me dejó pensando. En ella Juancito arranca diciendo después de una sesión de fotos para el periódico: “Después de esta sesión estoy listo para una producción fotográfica en la isla de Caras”, se ríe, y dice que si pudiera elegir le gustaría ir con Flavia Palmiero: “Pero es solo una fantasía –advierte (y aclara oscureciendo)-. Estoy bien con mi mujer y mi bebé”.

Y bueno... se le chispoteó!. Vamos Juan!, todavía te tenemos fé, que la cercanía al poder, el glamour y las cámaras no te hagan olvidar de tus viejos, de donde venís, y hacia donde tenés que ir...