
Ahora que está en boga la discusión sobre las oligarquías y el pueblo, no está de más recordar una frase del
General Juan Domingo Perón allá lejos y hace tiempo. El decía: "cuando uno recibe en audiencia al embajador norteaméricano hay que estar muy atento; con el representante británico, hay que distinguir entre lo que dice y lo que realmente quiere decir; pero cuando llega un señor con portafolio de
Bunge y Born, hay que temblar".
Perón no tuvo empacho alguno en clavarles una gruesa espina en la planta del pie cuando estableció los precios sostén para los productos agropecuarios y creó el
IAPI (Instituto Argentino para la Producción del Intercambio), que se llevaba la parte del león en la exportación de cereales y oleaginosas.
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